jue. Mar 28th, 2024

por Marcos Daniel Aguilar  de La Crónica de Hoy

*Es también un ejercicio mental, sentimental, de desahogo y diversión, añade. Prepara poemario titulado En pos de Cleopatra, donde habla sobre la mujer de antes y de hoy

Escritora, traductora, difusora de la cultura y sobre todo de la literatura infantil, Becky Rubinstein es una de las poetas mexicanas con mayor trayectoria durante la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI. Esta egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y profesora de literatura medieval española en la misma universidad ha sido galardonada con premios como el Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada por Un árbol gatológico, y con la Presea Sor Juana (Venera de Bronce) 1990. Conversamos con esta poeta nacida en la Ciudad de México en 1948:

— Es imposible abordar en esta breve entrevista todos tus poemarios, pero dime, ¿por qué escribes poesía y qué ha sido para ti la poesía?

— Escribo poesía desde los 14 años. Incluso he llegado a pensar que nací poeta, que crecí con ella, que “la rima me persigue”, de ahí que la aproveché para escribir para la literatura infantil juvenil, generalmente con rima. La poesía es un ejercicio mental, sentimental, de desahogo y diversión, sobre todo cuando escribo para los pequeños, para los niños. Lo crean o no, cuando escribo para chiquitos “me divierto como loca”. Entré al mundo de la literatura infantil cuando estudiaba en la UNAM, ahí Silva Molina escuchó que yo escribía y me pidió mis cosas, y cuando me leyó me dijo: “tú escribes como para niños”. Y le tomé la palabra.

— En algunos de tus poemarios tratas el tema de la condición de la mujer en el siglo XX y XXI, ¿en esta modernidad aún se reproduce cierto estereotipo de lo que debe ser la mujer?, ¿qué piensas de eso?

— En mis poemarios anteriores como Caballero de polvoso azul, en El vientre de Pandora, en Arlequina a medio maquillaje y en Hijas de la Rueca, por ejemplo, he escrito sobre la mujer, pero no por moda. Yo no escribo por moda… La poesía llamada “de género” me nace, me explican y explican a la mujer. Me nace por ser mujer, porque lo vivo, porque el trato entre el hombre y la mujer ha sido diferente. Yo notaba que las expectativas eran diferentes en las familias entre si nacía un varón o no, eso cambiaba las cosas; a nosotras nos cuesta más trabajo todo. Pero mi generación abrió brecha, porque no fácilmente la mujer iba a la universidad, por ejemplo, abrimos brecha. Ya mis hijas ya no tienen que abrirla, en mis tiempos sí era una infracción.

— En Secrecía de cocina y alcoba pones en duda la posibilidad del secreto. ¿Para qué sirve el secreto en la poesía?

— Todo mundo está ávido de desentrañar secretos ajenos. A veces se develan, a veces no. La poesía vela y a la vez revela. Para mí hay que saber leer entre líneas; la poesía revela a quienes saben leerla, a la manera de un juego, del juego que se llama vida.

— Becky, ¿por qué decidiste dedicarle un libro a Frida Kahlo?                                  

— Yo no escribo por moda, ni para quedar bien con nadie. Desde que “conocí” a Frida Kahlo, me nació la necesidad de hablar de ella, con ella, si se puede decir. Era una diva, una mujer de lucha, atractiva y ejemplar. Está en las venas de México, y renace, a la manera de una Ave Fénix.

— ¿Qué estás escribiendo el día de hoy?

Escribo un libro sobre Lady Gaga, ella me parece una mujer de esas que no puedes dejarla de ver, es otra diva. Me gusta su música, pero me gusta más la forma en que se transforma y creo que ella es genial. Me recuerda a Frida, son divas, son personas que a su paso causan expectativa, nadie queda indiferente. Y estoy escribiendo otro libro otro que se llama En pos de Cleopatra, donde hablo sobre la mujer de antes y de hoy. Este tema sobre la mujer me llama y lo necesito contar.

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