jue. Mar 28th, 2024

Por Pedro García

El presidente López Obrador, dice el senador coordinador de Morena, Ricardo Monreal, ejerce su administración en completo abandono de los miembros de su gabinete.

A contrapunto, el mandatario no solo no se siente desairado por sus subordinados toda vez del optimismo con que celebrará el primer aniversario de su victoria electoral, 1 de julio de 2018, y el que amenizará “con baliongo”.

En el fondo, la declaración de Monreal estuvo motivada por los reveses noticiosos padecidos por el Presidente en la semana pasada en materia de crecimiento económico, homicidios dolosos, caída en la generación de empleo, los apagones en el estado de Yucatán, los conflictos jurídicos en temas como el aeropuerto Santa Lucía.

Tiene el grado de especial y muy relevante el inédito contrapunto que se tuve (y se tiene) con el gobierno de los Estados Unidos en el tema de la oleada de migrantes, cuya negociación provocó un problema de imagen al Presidente López Obrador quien recibe críticas por haberse “subordinado” ante Donald Trump, lo cual niega, cada vez que es cuestionado en las conferencias matutinas en Palacio Nacional.

Es decir, el senador Monreal se aventó una puntada al viejo estilo del quehacer político responsabilizando al todo el gabinete (no hizo excepciones) de las ineficiencias o errores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Monreal pretendió desviar, sin éxito, la atención hacia los integrantes del gabinete presidencial ya que casi a diario surgen noticias negativas de la gestión presidencial, relacionadas con el bajón presupuestal que ha afectado a prácticamente toda la administración federal.

Aparentemente, al jefe de la Nación no le han salido las cuentas para el cumplimiento de sus promesas, especialmente la cobertura de las subvenciones a los adultos mayores, por ejemplo.

Da la impresión que al Presidente no le cuadran las sumas y restas del gasto toda vez de las quejas que hay distintos sectores del gobierno de la República en donde sigue a todo galope el corcel negro de los despidos de burócratas que jamás imaginaron que un Presidente llegado con amplias simpatías significara, para ellos, la debacle de quedarse sin trabajo.

En torno al gobierno de AMLO se advierte un panorama de escasez de recursos derivado de un mal cálculo en donde vale la pena recordar que el entonces candidato electo repetía y repetía que con el freno a la corrupción habría un techo financiero de 500 mil millones de pesos, suficiente para cubrir los compromisos de campaña, y parece que no ha sido así.

Cuestión de recordar también el buscapiés fiscal lanzado por Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados de la necesidad de reimplantar la Tenencia vehicular para conseguir más recaudación, lo cual rechazó el jefe de la Nación.

Todavía falta atestiguar el acto del 1 de julio donde es de esperarse que sea un mensaje de desmentidos a todas las noticias relacionadas con su administración en los primeros siete meses de bajo crecimiento económico, baja producción petrolera, desempleo, entre otras variables fundamentales. “Yo tengo otros datos”.

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