jue. Abr 18th, 2024


Por Salvador Hernández LANDEROS
Harta suspicacia ha despertado entre los diferentes frentes políticos, sindicales
y judiciales, el trato presidencial hacia el dirigente nacional de los petroleros.
Los suspicaces observadores de la política nacional están extrañados que, a
Carlos Romero Deschamps, no se le toque “ni con el pétalo de una rosa”.
El sospechosismo late porque en las acciones del presidente Andrés Manuel,
enfocadas contra la corrupción, la mayoría están relacionadas con el petróleo.
El “huachicoleo”, el fraude en refinerías, los tejes manejes de Emilio Lozoya,
lo del General Sócrates Herrera y otros, todo está entrelazado con PEMEX.
Pero si alguien sabe el cómo, dónde y cuándo de lo que ocurre, son los
trabajadores sindicalizados que, a través de 162 delegados, le notifican al líder.
Eso, igual ocurre con los gremios del IMSS, telefonistas, burócratas, maestros,
CTM y otros. Sus líderes tienen a la mano toda información antes que nadie.
Cuando se realizó la aprehensión del abogado Juan Collado, el único que le
acompañaba era el líder petrolero. Por ello mismo se rumorea que “lo puso”.
Cuando se difundió la noticia sobre ese hecho, se pensó que era la detención
de Romero Deschamps, sobre quien pesan denuncias por supuestos delitos.
Se dice que con más de 30 años liderando el STPRM, ha amasado una dudosa
fortuna. Además del derroche lujoso de sus hijos, en el País y el extranjero.
El 31 de julio se concluye el plazo para la revisión del contrato colectivo y se
especula que el tabasqueño, Mario Rubicel Ross García, será el nuevo líder.
De darse este relevo causaría la impresión que la salida de Romero Deschamps,
estuvo negociada con “un perdón del presidente, a cambio de algunos
señalamientos”. ¿Será así?…
chavalolanderos@yahoo.com.mx

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