sáb. Abr 20th, 2024

Por Salvador Hernández LANDEROS

Empezaba a oscurecer y un custodio me indicó que ya era hora de abandonar las instalaciones. Había que dejar el Penal del Topo Chico.

Me despedí. Extendí mi mano derecha, misma que se perdió en la del personaje aquel que durante horas y días antes estuve entrevistando.

Cruce el pabellón de salida. No era la primera vez. Me sometí a la revisión obligada, escuchando el crujir de las pesadas puertas y rejas de acero.

Me encaminé unas cuadras para abordar mi “vocho”, modelo 76. Tenía prisa por llegar al periódico. Había que escribir otras notas del día.

En el trayecto, en forma repetida, me resonaba la voz de Filomeno Villanueva Villanueva (a) “El Filo” que me decía: “Yo fui matón, no asesino”.

Filomeno Villanueva fue un reo a quien el destino le cambió la vida en su tierra natal. En Linares, NL, privó de la vida a un individuo, en defensa de la propia. 

Ese hecho ocurrió en 1953. De aquí fue enviado a Las Islas Marías junto con otros, considerados en esos años, reos peligrosos.

En octubre van a demoler el Penal del Topo Chico. Ahí quedarán sepultados cientos de cuentos, lamentablemente, llenos de violencia, terror y sufrimiento.

Desde 1969 conocía la existencia de “El Filo”. Don Javier López Castillón, era el director del reclusorio y por él tuve la oportunidad de conocerlo.

En la década de los 70as no lo pude entrevistar. Las condiciones no lo permitían. Era la época de la guerrilla urbana y de la “Liga Comunista 23 de Septiembre”.

En febrero del 80, el capitán Alfonso Domene Flor Millán, director del Penal, me dijo que “El Filo” quería platicar conmigo, que yo le inspiraba confianza.

La entrevista me impactó y dejó huella, fue como una enseñanza del oficio para los años que después vendrían. Aún recuerdo. “Fui matón, no asesino”.

Son cuatro palabras que encierran mucho para entender y comprender lo que significa el homicidio, el privar de la vida a un ser humano.

Meses después, Filomeno Villanueva, fue liberado. Iba rumbo a Reynosa y una necesidad fisiológica lo hizo detenerse. Confiado se puso a orinar.

Fue entonces, que el acompañante apodado “El Texano”, se bajó del vehículo y por la espalda acribilló de varios balazos a “El Filo”.

Ya andan con el que van a demoler El Topo Chico. Se van a soltar historias de aquí y de allá. 

Serán contadas, pero sólo de oídas, muy diferentes a las que fueron reporteadas con el oficio del Periodista.

chavalolanderos@yahoo.com.mx

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