sáb. Abr 20th, 2024


Por Salvador Hernández LANDEROS

El tesorero del Estado, Carlos Garza, no tiene porqué andar con recortes y malabares en el presupuesto para completar con el gasto público.

Así como hay empresas, negocios y actividades declaradas no esenciales por causa del Covid-19, también hay varias dependencias así en el gobierno.

Acatar, como las empresas y empleados que aceptaron reducir hasta un 50% su salario y conservar el empleo, igual se puede hacer con la burocracia.

A los secretarios o funcionarios de primer nivel, arrequíntelos. Quíteles la caja chica, o la chica de la caja. Ayudantes no esenciales, vulgos aviadores.

A otros muy exhibidos, escúlquele los bolsillos, pues en el 2015 llegaron con una mano adelante y otra atrás y ya compraron y ampliaron residencias.

Por otro lado, hay féminas que se ven muy distintas a cuando llegaron. Hay quienes “cambiaron el carro de camote y hasta usan una bolsa de broche”.

Nada de frases como la de “ajustarnos el cinturón”, ni de quejidos plañideros.  Nada de medidas drásticas. Mejor “todos coludos o rabones”.

En algunas secretarías se puede prescindir del titular y sus asesores. No hay deportes, arte y cultura y ni siquiera en la Línea Tres del Metro. 

Cabildee con los sindicatos de burócratas y maestros. Hágales ver que no son tiempos de jauja. Una reducción en sus ganancias, en nada les afectará.

Y si los secretarios, los líderes y hasta diputados que no quieran apoyar, pídale ayuda a Santiago Nieto, el titular de la Unidad de Investigación Financiera.

Ya verá cómo y sin brincos, harán fila para inscribirse en la lista de aportadores. Todo es cuestión de echarle sesos y, a los otros, apretarles los “sesos”.

chavalolanderos@yahoo.com.mx

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