jue. Abr 18th, 2024

Por: Antonio Sánchez R.

Promesas que comprometen…

El próximo domingo será el cambio de estafeta en el gobierno estatal, dejando Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón su lugar en la silla ejecutiva para que la ocupe un gobernador electo que ha prometido muchas cosas pero que en muchas de ellas ha fallado; ha prometido a cambio de cosas tan escabrosas, como aquella de quitarse el nombre si el ahora gobernador saliente no renunciaba antes del “Día de Difuntos” de 2019.

Desde hace muchos meses, años diría yo, el futuro gobernador inició una campaña personal basada en fanfarroneos y balandronadas, las cuales inundaron las redes sociales y empezaron a surtir efecto en mucha gente, demasiada gente que, decepcionada de la gestión de quien el próximo domingo se va, vieron en este joven la posibilidad de algo diferente, corriendo el riesgo de volver a caer en más de lo mismo.

Si Jaime Rodríguez prometió antes de su llegada al gobierno estatal que metería a la cárcel al gobernador saliente, el actual futuro gobernador ya se aventó su “dominguera” al señalar que meterá a la cárcel a todos los “factureros”… ¡Pa’ su mecha Marimar! La cosa está de pensarse y la verdad que nos ponemos a pensar si es en serio esta promesa vertida por quien nos va a gobernar los próximos seis años.

Porque miren ustedes: técnicamente, Jaime Rodríguez Calderón cumplió con su promesa de llevar a prisión a Rodrigo Medina, peeero, el “Rodrigolden” permaneció en “chirona” solamente 19 horas y después de ahí, ¡nada! Esa fue una de las promesas que dejaron un amargo sabor de boca a los nuevoleoneses, pues sintieron que se les había jugado el dedo en la boca.

Es más, el tema de la persecución a todo lo que oliera a Rodrigo Medina se empezó a diluir desde mucho antes de que iniciara la “Broncoadministración”, pues el mismísimo Jaime señaló que no habría “cacería de brujas”, por lo que todo hizo suponer que al final de cuentas todo quedaría en nada, como finalmente sucedió: carpetazo al asunto y todos amigos, como siempre.

El arribo del jovenazo gober electo se da en un ambiente más o menos parecido: promesas comprometedoras que muy probablemente no se van a cumplir, sobre todo cuando mucha gente sabe que tras la figura del futuro ejecutivo estatal hay toda una mar de cuestionamientos, partiendo de que uno de los negocios más “productivos” de la familia está ligado con esa promesa lanzada: meter a la cárcel a todos los “factureros”.

Si se han percatado, no he mencionado para nada el nombre del futuro gobernador. Y es que la neta, no sé  cómo llamarlo, pues desde que falló en su promesa de que haría que Jaime renunciara a su cargo y si no, se cambiaba el nombre, he estado a la espera de que sea él mismo el que nos diga cómo se va a llamar. Obviamente que en el registro civil está registrado con el nombre de Samuel, con los apelativos de García y Sepúlveda, pero tras aquella promesa, aún estamos esperando que nos diga cómo lo vamos a llamar.

Por lo pronto y mientras se decide, en lo personal yo lo he nombrado “Don Facturo” desde el año 2016, tiempo en el que nos pasaron información en torno a los “negocios” de la familia García Sepúlveda, información que se “enriqueció” en los últimos meses con la aparición de “familiares” no muy cómodos que seguramente estarán presentes en la administración estatal.

Nada nos gustaría más que todo lo que se ha dicho hasta ahora fuese simplemente parte de aquellos lodos surgidos al calor de una campaña bastante “caliente”. Pero la verdad, se antoja difícil que el panorama vaya a cambiar, sobre todo cuando el gobernador entrante tendrá un congreso local muy contrario a lo que pretende. Un verdadero callo en el zapato, en el que veremos qué tanta experiencia tiene para solventar este importante escollo. Veremos y diremos…

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