México tiene el mayor depósito de litio y no es mexicano, lamentó el analista geopolítico Alfredo Jalife-Rahme en el XXV Seminario Internacional “Los Partidos y una Nueva Sociedad”.

“Quienes lo entregaron fueron (Felipe) Calderón y (Enrique) Peña Nieto a sus ‘cuates’ del neoliberalismo mexicano”, sostuvo ante más de un centenar de dirigentes de partidos de izquierda del mundo.

Por ello, alertó, el control de las reservas del litio es lo importante de la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Ya aquí el presidente Evo Morales lo dijo, el golpe de Estado en Bolivia se debió al litio”, expuso y recordó que a ese suceso lo llamó como el ‘litio golpe’ en un artículo que publicó hace dos años.

Refirió incluso que el presidente Evo Morales pidió expresamente hablar con él cuando se enteró del artículo sobre el ‘litio golpe’.

“La dimensión del golpe de Estado que el gobierno norteamericano orquestó, se dio precisamente porque el presidente Evo había ‘coqueteado’ con los chinos y luego se había atrevido a hacer una fábrica de autos eléctricos en Cochabamba”, explicó.

El catedrático detalló que el triángulo del litio, ubicado en Chile, Argentina y Bolivia, es el mayor del mundo.

“Pero nosotros tenemos el mayor depósito de litio del mundo y no es mexicano”, recalcó y reveló que en otro artículo desnudó literalmente a quienes lo entregaron a mineras trasnacionales.

El principal depósito de litio del mundo, dijo, se encuentra en Bacadehuachi, Sonora, cuyo control se disputan Estados Unidos y China por ser un mineral estratégico.

Jalife-Rahme admitió que las disposiciones sobre el litio se contemplan muy hábilmente en un transitorio de la iniciativa de reforma constitucional de López Obrador.

Sin embargo, advirtió, hay tensión pues en marzo del 2022 se juntarán los tiempos.

“Esta la concesión de Telmex de nueva cuenta a Carlos Slim. Esta la revocación de mandato y luego tenemos la reforma energética, la cual hay que hacer pasar por encima de cualquier otra consideración”, opinó.