mié. Abr 24th, 2024

Óscar Tamez Rodríguez

Con la pandemia originada por el Covid-19, la frontera más grande del mundo en términos de economía y territorio se cerró, durante un año y casi nueve meses estuvo limitada a cruces esenciales. La forma para cruzar era por transporte aéreo y muchos aprovecharon para hacer turismo de la salud y vacunarse en EUA ante la falta de vacunas y la duda en la calidad del biológico aplicado. Al norte del río Bravo implementaron paquetes de viaje para interesados en vacunarse, una gran opción para quienes en México no veían para cuando obtener la maravillosa vacuna. El cierre al principio fue una decisión unilateral del gobierno estadounidense por miedo a los contagios, con el tiempo, la medida fue provechosa para nuestro país ya que en Norteamérica las medidas eran más relajadas. Basta revisar los contagios en los municipios del norte de Nuevo León y se puede ver cómo los picos de contagios responden a la presencia del turismo de los paisanos y pasaporteados. Quienes venían a ver familiares traían en gran medida, el virus a los pueblos. El cierre lastimó la economía a miles de familias, muchas de ellas mexicanas pues recordemos que en la frontera algunos negocios son propiedad de connacionales y otro tanto de empleados son mexicanos quienes cruzan la frontera a laborar diariamente. Se reabre la frontera a partir del lunes ocho de noviembre. Habrá que ver la conducta de los mexicanos al respecto. Por lo pronto no podemos afirmar que se hayan volcado los mexicanos a abarrotar los «mall» y las tiendas en las ciudades fronterizas, los reportes en los diferentes medios son discordantes. Habrá que esperar a que avancen los días para evaluar si la reapertura motivo las migraciones de mexicanos a los centros comerciales estadounidenses o solamente hubo un cruce razonable de migrantes legales. Es oportuno que el mercado mexicano aproveche el buen fin y verdaderamente baje los precios en diversos productos, esto como una forma de incentivar el gasto en México por sobre la “novedad” por ir de compras a EUA donde seguramente difundirán ofertas atractivas en el marco del «black Friday». Existe un área de oportunidad para los economistas y estudiosos de los mercados, poder dimensionar si el crecimiento de las ventas «on line» que se registró en tiempos críticos de la pandemia se mantiene o fue un crecimiento fugaz en los mercados virtuales de mercancías para el hogar y el uso personal. Es importante evaluar, con la reapertura de la frontera, si los mexicanos nos quedamos en el mercado nacional, si optamos por migrar nuestros consumos a los sitios en la web o si retornamos al mercado norteamericano, principalmente quienes vivimos en las entidades fronterizas. La reapertura al intercambio de personas en forma terrestre entre ambas naciones es un momento apropiado para múltiples estudios de mercado, sociológicos y de otra índole. Saber cuáles productos buscan quienes acuden a la frontera por mercancías para saber si es posible captar esos clientes en el mercado nacional. Se reabre la frontera en un momento crucial, cuando se aproxima el buen fin en México, el «black Friday» en EUA y la temporada de aguinaldos. Poder evaluar si esta reapertura activa la maltrecha economía de los pueblos norestenses quienes, en gran medida, se benefician de las remesas traídas por los paisanos en la temporada navideña. La reapertura de la frontera norte poco puede representar para millones de mexicanos en las entidades del centro y sur del país, pero para quienes habitamos en los estados del norte, representa un símbolo de volver a la normalidad. estudiospoliticos.mx@gmail.com

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