vie. Mar 29th, 2024

Por Salvador Hernández LANDEROS

A 20 días para cumplir la mitad de su sexenio, Andrés Manuel López Obrador, la ha transitado entre el avión presidencial y “el labión” que emplea a diario.

El avión que le heredó el expresidente Peña Nieto, le ha permitido operar sus ocultamientos y, a la vez, distraer a los mexicanos con su muy elocuente labia.

El no utilizar el avión presidencial ni los aviones privados por austeridad republicana, para expertos en seguridad, esta ha sido una farsa de tres años

Es muy sabido, dicen, que el presidente desconfía y sus consejeros le apuestan a utilizar las aeronaves de línea comercial, mismos que también suelen fallar.

El no utilizar aviones privados, aseguran, puede ser producto de temores infundados por los accidentes aéreos en los que han perecido varios políticos.

En tres sexenios han perecido secretarios de Gobernación y Seguridad, y recientemente, el ex gobernador de Puebla y su esposa ya gobernadora.

“Aquí nadie puede subirse a aviones privados”, sentenció la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, quien cesó a su colaboradora y se le vino otro escándalo.

Eso de los aviones está muy trillado, pero “el labión” no. Entiéndase esto por la labia de AMLO, muy elocuente para persuadir a través de sus palabras.

Tener labia se utiliza con frecuencia en un sentido despectivo, dando a entender que es un embaucador, demagogo, populista, un estilo propio presidencial.

Tal vez el uso de un avión privado no provocó tanto el enojo del presidente, más bien, serían los pasajeros del mismo. A lo mejor AMLO vio “un compló”.

Y a quien le dieron su “avión”, fue al titular de la UIF, Santiago Nieto, quien después del festejo se fue de viaje de bodas en calidad de desempleado. Así es la vida.

chavalolanderos@yahoo.com.mx

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