vie. Abr 19th, 2024

Por Salvador Hernández LANDEROS

Dice el dicho que: “Desde que se inventaron las excusas, se acabaron los “pentontos”, Eso es mentira. No se han acabado, hay muchos regados por ahí.

Con certeza afirmamos que hay muchos, y si esos “pentontos” tuvieran alas, volarían y, júrenlo, pasarían días y días sin que viéramos el cielo y el sol

Esos personajes andan por todos lados. Bueno, andamos, dijo el otro. En la política, en empresas, constructoras, hospitales y hasta en los periódicos

En política, quién no recuerda al presidente de México, al que le achacaban la siguiente frase. “Ni nos beneficia, ni nos perjudica, sino todo lo contrario”.

En las constructoras, principalmente entre los ingenieros civiles que, con el teodolito pegado al ojo, trazan carreteras y acaban con una “curva peligrosa”.

Es buena excusa, pero las “curvas peligrosas” no existen. Son curvas mal trazadas, un error del ingeniero, que se defiende echando la culpa al teodolito. 

Hay algunas máximas en otras profesiones. Los doctores, sus errores los entierran. Los malos maestros en estudios superiores reprueban al alumno.  

También se cuecen habas en los medios de comunicación. Somos “pentontos”, pero honestos. Nuestros errores los escribimos y, de pilón, los publicamos.

La culpa no es de las empresas periodísticas, ni televisoras, Es culpa del periodista que no se prepara. El periodismo es oficio, no inspiración.

Para muestra un botón. El periódico que más vende, El Norte, publicó la excusa más “pentonta” a favor de imprudentes e irresponsables automovilistas.

¡Culpó a la lluvia de causar choques! O sea, ven la tempestad y no se hincan. ¡Por eso no nos llueve! Culpamos a la lluvia de todo y hasta de tragedias.

chavalolanderos@yahoo.com.mx 

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