jue. Mar 28th, 2024

Por: Antonio Sánchez R.

Saber gobernar…

Cuando apenas estaba buscando llegar a la senaduría, nuestro actual gobernador lanzó en múltiple ocasiones aquella famosa frase de “yo les voy a enseñar cómo se debe gobernar”, en un error semántico bastante grave dado que lo que el perseguía era un puesto legislativo y no uno administrativo. Desde entonces ya venía “chueco” el niño, pero nadie lo advirtió en su momento y finalmente el producto llegó mal, muy mal.

Ya luego, en campaña por la gubernatura, el imberbe mozalbete sentenció que él transformaría al estado hasta llevarlo a un “Nuevo Nuevo León” y que dejaría atrás al “Viejo León”. Nadie le advirtió que para poder transformar a este pujante estado harían falta más que simples palabras, mucho más que febriles balandronadas surgidas al calor de campañas políticas, en las que se habla mucho, en las que se promete demasiado, pero poco se cumple.

Apenas acabamos de pasar los primeros cien días de este gobierno “transformador” y no hay señal alguna de cambio. Bueno, más allá del logo que identifica la parte oficial de la administración, en realidad seguimos en las mismas, no hay nada que se pueda destacar como parte de ese tan “cacareado” cambio y cada vez es mayor la desilusión de quienes contribuyeron a esta tan anhelada pero fallida transformación.

Saber gobernar no es fácil, ya lo decía don Alejandro H. Chapa allá en los 80’s: ”Gobernar es cosa seria”, con lo que nos daba a entender que no es ninguna broma administrarse el dinero del pueblo y aplicar el presupuesto en obras tangibles, en áreas que en realidad sirvieran al pueblo y no en simples caprichos que tendrán felices sólo a una mínima parte de los gobernados y no a la generalidad, como debería ser.

Saber gobernar va más allá de la ridícula parafernalia fabricada ex profeso para destacar los “logros” de una gestión que, ya sentados en la realidad muestra poca seriedad y nula eficiencia en su trabajo administrativo, esto es, no hay nada de nada, solo poses que nos muestran que tanto el gober como su consorte, piensan que todavía andan en campaña y no les cae “el veinte” de que ya se deben poner a “jalar” con seriedad, como lo recomendaba Don Alejandro.

Saber gobernar requiere de una gran sensibilidad política y social, de lo cual carece nuestro imberbe gober. No lo digo nada más porque sí, es notoria su falta de sensibilidad y su poca experiencia política. Desconoce la realidad que vive el pueblo y piensa que todo mundo tiene un salario más que aceptable. En su mundo de fantasía no existe la pobreza, sólo gente feliz. 

Nuevo León ha tenido grandes gobernantes, alguno de los cuales tuvo las cualidades suficientes como para llegar a ser considerados como aspirantes a la presidencia de México. Es más, alguno de ellos mostró serias aspiraciones a la silla grande, pero se mantuvo fiel a los lineamientos existentes en su tiempo. Personajes como Bernardo Reyes, Raúl Rangel Frías, Eduardo Livas, Eduardo A. Elizondo, Luis M. Farías y hasta Don Afonso Martínez Domínguez, tuvieron esa capacidad que se requiere para saber gobernar no sólo una entidad, sino hasta el país entero. De aquí, saquen conclusiones. 

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