vie. Mar 29th, 2024

Óscar Tamez Rodríguez 

El presidente atraviesa una crisis de imagen y credibilidad por el estilo de vida de su hijo quien vive como magnate y no tiene empleo. Como decía mi abuela Juana: “ni oficio ni beneficio”.

En respuesta arremete contra el periodista quien investiga los hechos. Esto se da en el momento en donde se han asesinado a media decena de periodistas.

Es lamentable el ataque a la libertad de expresión pues como lo hemos escrito en Política e Historia un buen número de veces y confirmó el ministro Saldívar: “sin libertad de expresión no hay democracia”.

No se trata de proteger los excesos en algunos periodistas, se trata de proteger la democracia. Conocemos del oficio periodístico, sabemos de algunos casos donde la credencial de periodista se convierte en licencia para desprestigiar, atacar, denostar.

En este caso, las acciones del mandatario son violatorias a las libertades de pensamiento y de expresión, expliquemos.

Primero. Exhibe salarios de un periodista pretendiendo decir que gana mucho dinero y cobra por ser “sicario de la pluma” (esto lo escribo yo) a sueldo de empresas interesadas en dañar su gobierno.

Creyendo sin conceder que es cierta la expresión del gobernante, mientras no comenta un delito o irregularidad fiscal, el periodista puede cobrar en donde le quieran pagar. Basta de vender la idea de que los periodistas son apóstoles y que al cobrar por su trabajo se convierten en ángeles caídos.

Los periodistas trabajan por dinero y en consecuencia buscan vender su trabajo, su trabajo es la pluma (bueno, lo escrito en el ordenador).

No es necesario abundar en el delito de violar la privacidad de datos; vamos al espíritu de las constituciones republicanas en México, empecemos por la de 1814.

En los Sentimientos de la Nación, el fundamento para la Constitución de Apatzingán de José Ma. Morelos, ese personaje que tanto idolatra el mandatario, en uno de los 23 puntos escribe que existe libertad de empleo mientras éste sea honesto. 

Las siguientes constituciones, hasta llegar a la de 1917 con sus reformas; protegen los derechos de los mexicanos a tener un modo honesto de vida y no ser molestados en su patrimonio (el cual inicia con sus ingresos honestos) ni en sus bienes.

El interés del mandatario tiene dos propósitos: abrir una cortina de humo que distraiga del excéntrico modo de vida de parte del mantenido de su hijo, aclaro, le llamo mantenido porque en un principio el presidente señaló que la esposa tenía dinero y era quien financiaba el estilo de vida que llevaba el vástago.

El otro propósito es mediante un metalenguaje, desacreditar al mensajero. En un país de extrema pobreza, la riqueza se convierte en un delito casi por transmisión de cualidades.

Agrega días después el jefe del ejecutivo que responde a quienes exhiben la corrupción en su gobierno porque tiene como ciudadano libertad de expresión.

No, se equivoca el mandatario, él no es un ciudadano tal cual, es un servidor público quien se rige por las leyes que regulan a los servidores públicos, incluido el derecho de réplica y la libertad de pensamiento o expresión.

Siendo historiador el mandatario (eso afirma él), debería saber que, la revolución francesa y las constituciones derivadas de la surgida en ese movimiento social, tienen como fundamento de las libertades a la de pensamiento y la de expresión.

El mandatario no tiene libertad de expresión, la libertad es un derecho de los ciudadanos para no ser reprimidos por el gobernante. Pero ante el desconocimiento, reprime a los periodistas bajo el argumento de la libertad misma.

La libertad es derecho para defenderse de los abusos del poder. ¡No nos equivoquemos!

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