mar. Abr 16th, 2024

Abel Moreno López

El 24 de febrero de febrero de este 2022 se cumple el primer Bicentenario de la instalación del primer Congreso Constituyente Mexicano.

Antes de continuar, es de recordar que en 1813, durante plena guerra de independencia, José María Morelos convocó al Congreso de Anáhuac, que se instaló en Chilpancingo y que al año siguiente emitió el Decreto Constitucional de la América Septentrional conocido coloquialmente como Constitución de Apatzingán. Dicha constitución propiamente no tuvo vigencia, dadas las circunstancias imperantes.

Al triunfo de la independencia, derivado del Plan de Iguala y de los Tratados de Córdoba, se crearon la Regencia y la Junta Provisional Gubernativa, equivalentes a los poderes ejecutivo y legislativo. fue a fines de noviembre de 1821 cuando finalmente estuvo lista la convocatoria para el Congreso Constituyente.

Se fijó como fecha para la instalación del Congreso el 24 de febrero, por conmemorarse el aniversario del Plan de Iguala. El recinto en que se instaló y funcionó fuel el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, una antigua edificación construida los jesuitas y que se ubica en las actuales calles Del Carmen y San Ildefonso, forma parte del patrimonio de la UNAM y durante muchos albergó la Hemeroteca Nacional. Actualmente de denomina Museo Casa de las Constituciones creado bajo el rectorado del doctor José Narro Robles.

Desde el mes de diciembre anterior iniciaron las elecciones de los diputados constituyentes las que se regularon por el contenido de la Constitución de Cádiz -que regía supletoriamente junto con el Plan de Iguala, los tratados de Córdova y el acta de independencia hasta que se expidieran las nuevas disposiciones- por lo que fueron elecciones indirectas es decir que se incluyeron elecciones de parroquia, de partido y de provincia.

El congreso se instaló con 102 diputados. Según el número de representantes que correspondiera a cada provincia, había diputados de tres categorías básicas: eclesiásticos, militares y juristas, y en su caso de los sectores más representativos.

Al Nuevo Reino de León correspondió un diputado, recayendo la elección en Servando Teresa de Mier, quien por estar preso en San Juan de Ulúa tomó posesión hasta el 15 de julio de ese año, por ello ejerció el cargo el suplente Juan Bautista de Arizpe.

Para la instalación del Congreso hubo un ceremonial majestuoso y complejo. Unos días antes la Junta Provisional Gubernativa emitió el acuerdo que incluía todos los aspectos que habrían de observarse, ya quisieran los modernos encargados de logística una manual a ese nivel de detalle.

El “Ceremonial para la instalación del Congreso Constituyente del Imperio Mexicano” partía de aspectos preliminares como la publicación de un bando solemne, las ordenes y los avisos a autoridades y personajes que tendrían alguna actividad en específico, los repiques de campanas de las iglesias, las salvas de artillería, las disposiciones para las tropas participantes, el orden de los asientos en la catedral, el orden de los asientos en el palacio del Congreso, la asistencia de comunidades, la salida de la Junta Soberana, Regencia y diputados; recibimiento dentro de la iglesia, aviso al arzobispo a su residencia de Cuernavaca, si sus enfermedades no se lo permiten, avisar al Obispo de Puebla y si éste no puede, a quien él designe para que oficie la misa, asimismo se describe el contenido del Juramento de los Diputados.

Posteriormente el ceremonial precisa la salida de la catedral y el traslado al Palacio del Congreso (Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo) y enuncia el desarrollo de la sesión, así como la salida de las autoridades, finalmente anuncia que habrá una festividad en la Alameda y por la noche una función de ópera, mencionando que el paseo, teatro y adorno de balcones continuará los días 25 y 26.

El día 24 de febrero de acuerdo al ceremonial se realizaron las actividades descritas a partir de las siete de la mañana en que se reunieron en el Palacio, para de ahí partir a la Catedral. “Después del sermón subieron los señores Diputados de dos en dos al prebisterio, y teniendo la mano sobre los Santos Evangelios prestaron el siguiente Juramento ante los Exmós. Señores Secretarios del despacho y de la Junta provisional gubernativa.”

En ese momento solemne los Diputados juraron: defender y conservar la religión católica sin admitir otra en el Imperio; guardar y hacer guardar religiosamente la independencia de la nación mexicana; y formar la Constitución de la nación mexicana bajo las bases del Plan de Iguala y Tratado de Córdova, pugnando por su mayor prosperidad y engrandecimiento y garantizando la separación de poderes para que no recaigan en un solo individuo o corporación.

Después de la función religiosa se dirigieron al recinto legislativo donde el generalísimo y almirante Agustín de Iturbide pronuncio un discurso que concluía diciendo:

“… y tan satisfecho del acierto en las deliberaciones del Congreso, como decidido a sostener su autoridad, porque ha de cerrar las puertas a la impiedad y a la superstición, al despotismo y a la licencia, al capricho y a la discordia, me atrevo a ofrecerle esta pequeña muestra de los sentimientos íntimos e inequívocos de mi corazón, y de la veneración más profunda”.

Enseguida hizo uso de la palabra el presidente de la Junta provisional gubernativa, José María Fagoaga y acto seguido se retiraron las autoridades quedando solo los diputados.

De manera provisional, asumió la presidencia el diputado Carlos María Bustamante y Manuel Argüelles como secretario, se procedió a elegir a las autoridades parlamentarias, resultando presidente José Hipólito Odoardo, vicepresidente Francisco Manuel Sánchez de Tagle y como secretarios Manuel Argüelles y don Carlos María de Bustamante.

Nombrada la directiva, el presidente mandó contestar cinco preguntas, de cuyas respuestas resultó que: se declaraba instalado legítimamente el soberano congreso constituyente mexicano; la soberanía reside esencialmente en la nación mexicana; la religión católica, apostólica romana, con exclusión e intolerancia de cualquiera otra, sería la única del Estado; se adoptaba para el gobierno de la nación mexicana la monarquía moderada constitucional y ésta se denominaría imperio mexicano.

También se concluyó que se reconocía el llamamiento al trono a los príncipes de la casa de Borbón, conforme lo dispuesto en los tratados de córdoba; que la soberanía nacional reside en el congreso constituyente respondiendo a la propuesta de un diputado aunque parecía contradecirse con una conclusión ya antes formulada; por otra parte, el constituyente se reservaba el poder legislativo, delegaba interinamente el ejecutivo en la regencia y el judicial en los tribunales existentes en ese momento; el soberano congreso declaraba la igualdad de derechos civiles en todos los habitantes libres del imperio, independientemente de su origen y se declaraba la inviolabilidad de los diputados constituyentes.

La función que había iniciado a las siete de la mañana al reunirse las autoridades en el Palacio, concluía por lo menos formalmente, al ser las ocho de la noche hora en que se clausuró la sesión… pero el festejo continuaba…

Así fue que se instaló el Primer Congreso Constituyente Mexicano. Mismo que más tarde aprobaría la proclamación del emperador Agustín I, quien lo luego disolvería temporalmente… pero esa es ya otra historia… Hasta la próxima…

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