Clara Villarreal
La impotencia es indescriptible. Este sábado 29 de octubre recibí una llamada de Mauricio, quien me cuida a mi perrijo desde hace nueve años. Cuando veo mensajes de su parte o llamadas le doy prioridad porque sé que la mayoría de las veces se trata sobre Yago, un Pomeranio de 13 años quien me acompaña desde sus dos meses de edad. Me encuentro fuera del país, así que me pude percatar de su llamada perdida diez minutos después cuando pude conectarme a una red de wifi en mi celular. -Hola Mauricio, ¿qué pasó todo bien? -No, ¡se me perdió Yago! …segundos de silencio… tardé en procesar sus palabras. Hubiera deseado escuchar algo completamente diferente, alguna noticia de Yago de las cuales estoy más acostumbrada, por ejemplo: le está dando su crisis de asma, me quedé sin croquetas, o anda suelto del estómago. Quienes me conocen saben que continuamente salgo de viaje por cuestiones de trabajo, así que estas llamadas son muy comunes para mí. Pero en este caso la llamada tenía otro tinte, uno que no sabía cómo procesar. Le pregunté los detalles generales y colgué la llamada. Cinco minutos después, mi familia, estaban dando rondines alrededor de la zona, buscándolo. Cabe mencionar que Yago se ha ganado el corazón de muchas personas aparte de la de mi familia. Yago nos ha dado muchas lecciones de vida, sobre todo en la mía, es un animal muy querido, muy amado y en estos momentos desesperadamente muy extrañado. Yago tiene 13 años, es un perro geriatra con complicaciones de salud y con cuidados muy específicos de alimentación y medicamentos. Al momento de escribir estas palabras Yago lleva desaparecido 34 horas, la impotencia es indescriptible pero lo más impresionante es la comunidad que se ha creado alrededor de la búsqueda de Yago. Familia, amigos, artistas, personas influyentes en nuestra sociedad, deportistas entre otros han publicado en sus redes sociales la búsqueda de Yago. A la persona que tiene a Yago le digo, tienes en tus manos el tesoro más grande que me ha acompañado en los últimos 13 años de mi vida, permíteme que sus últimos tiempos, que no quedan muchos, los pase a mi lado. Y a ti lector solo te digo, la vida no vale nada si no aprendemos a vivir cada segundo de este presente, con las personas que amamos. Disfruta más la vida y los pequeños detalles porque cuando se apague el monitor de tu mente, se apaga por siempre. Deja de quejarte y ama lo poquito que tienes, porque el monitor de tus seres queridos también se van a apagar. ¡En vida hermano! Te pido oración para que Yago vuelva a casa. Twitter: @claravillarreal contacto@claravillarreal.com