Óscar Tamez Rodríguez
La marcha del domingo donde cientos de miles salieron a expresarse en favor de la democracia tuvo como bandera la frase: El INE no se toca; es el sincretismo para afirmar que se defiende la democracia hasta el final.
El INE no se toca, no en el momento actual con la falta de garantías democráticas existentes desde el gobierno y el partido hegemónico sometido a su líder.
El INE sí debe reformarse, lo he escrito en el pasado y seguramente cuando se supere el intento por extinguirlo, debamos pugnar desde esta pluma y otras trincheras porque se reformen muchas cosas que están mal en el árbitro de la democracia, pero que en este momento es lo mejor que tenemos.
Entre las cosas que están mal señalemos la ley electoral vigente, ese no es asunto del INE sino de los diputados quienes deberían hacer una ley sin necesidad de interpretaciones. Lo que hoy tenemos está hecho con la finalidad de que todo se interprete y judicialice, así no se avanza en democracia.
Se debe enmendar el abuso existente en sueldos onerosos y prestaciones que insultan a los ciudadanos.
Se debe enmendar la ley que regula al INE, no al INE, pero eso deberá ser en otro tiempo, cuando la democracia esté fuera de peligro, lejos del secuestro que pretenden hacer de ella los grupos en el poder.
¿Sabrán de la inconformidad actual contra la 4T y Morena? De qué otra forma se entiende el interés por secuestrar a la autoridad electoral, la misma que colocó a Morena en la mayoría de los gobiernos estatales, en el congreso, senado y la presidencia de la república. Algo saben y les preocupa, por ello la urgencia de tener a modo la institución electoral y al sistema político mexicano en general.
No es tiempo para tocar al INE, ni a la ley electoral, ni la Constitución, ni al sistema político mexicano, ni a la forma de democracia que tenemos, ni…
La reforma presidencial va mucho más allá de la permanencia, mutación o extinción del INE, pretende la transformación del sistema político nacional.
Entre los puntos de mayor relevancia está la transformación de la forma para elegir al poder legislativo, a los representantes del pueblo. El discurso de la 4T es seductor, como el canto de las sirenas; vende la idea de extinguir 200 diputados de representación proporcional (RP) y 28 senadores de la misma figura electoral.
Mienten. La 4T pretende extinguir las minorías del poder legislativo. Buscan dejar sólo dos grandes partidos: el de los igualitaristas (socialistas) y el de los liberales (centro derecha). La iniciativa de reforma es altamente peligrosa, pretende regresarnos a antes de 1963 cuando se reforma la Constitución para dar cabida a las minorías en el poder legislativo.
El interés de la 4T es constituir una democracia de mayorías con partido hegemónico. Su apuesta está en controlar la autoridad electoral, al poder legislativo y al judicial, con ello; manipular los procesos para ganar la mayoría de los diputados.
¿Cuál es el fondo de la propuesta de reforma con relación al poder legislativo? Desaparecer 200 diputados y que los 300 a elegir sean mediante una lista donde no hagan campaña los candidatos, vaya, no tendrían que hacerla para ellos sino para el partido político. Todos saldrían a la calle a promover una marca política.
Según el porcentaje que se obtenga en la elección para diputados federales, será el porcentaje de legisladores que consiga cada fracción, se escucha bien, pero es una trampa que extingue a las minorías y nos regresa a la primera mitad del siglo XX con una democracia de mayorías.
El INE NO se toca, no ahorita… que se corrija cuando haya condiciones.