vie. Mar 29th, 2024

Óscar Tamez Rodríguez

Desde el inicio del sexenio, el presidente ha pretendido dos cosas con relación a la vida político-electoral del país: tener el control de los procesos y contiendas; transitar de una democracia de mayorías y minorías a otra de sólo mayorías.

Para la 4T, la obsesión por manipular, controlar e influir en las elecciones le lleva a excesos como buscar el control absoluto de las autoridades ejecutiva y judicial electorales.

Pareciera que en la 4T saben que no ganarán las mayorías absolutas en el 2024 y buscan controlar los procesos al viejo estilo de los años 50´s del siglo XX donde si el partido en el poder no ganaba… arrebataba.

Para la 4T no hay democracia sin el triunfo de ellos, por ello buscan asegurar la derrota de la oposición. El partido en el poder entiende la democracia como la imposición del triunfo y no como la contienda equitativa.

El segundo interés para Morena y su líder, no menos importante que el anterior, es transformar el sistema político de partidos a un sistema bipartidista, uno donde se contienda “entre buenos y malos” y ganen ellos, la 4T, aunque no sepamos si son los buenos o los malos.

El bipartidismo es excluyente en las democracias plurales. México es un país plural, tanto que se le llama “mosaico” pluricultural. Es su diversidad la razón por la cual vive el pluripartidismo, sin caer en excesos, pero que represente la diversidad de nuestro país.

Necesitamos partidos de izquierda, de derecha, socialdemócratas y hasta algunos con causa como lo son los ambientalistas, anticalentamiento, proindigenismo, a favor de la diversidad y otras causas sociales que exigen voz.

La solución no estriba en la extinción de la pluralidad político-social, en su caso se requiere delimitar esa multiculturalidad. El sistema político actual exige postulación de candidatos a los cargos de elección popular en el poder ejecutivo además del legislativo, además, un mínimo de votación nacional en la elección para conservar el registro.

La solución para preservar el pluripartidismo representativo de las minorías y evitar el nacimiento y muerte de partidos cada seis años se encuentra en cambiar la ley, que los partidos contiendan sólo para las elecciones en el poder legislativo, sin la obligación de participar para cargos del poder ejecutivo. Así las minorías podrían tener voz, y de ahí avanzar en sus demandas sociales.

La propuesta de la 4T encamina la democracia a una de mayorías con exclusión de minorías, al bipartidismo. En EUA eso funciona (en la teoría) porque allá cohabitan dos partidos que consumen la vida político-electoral (demócratas y republicanos), ambos con ideología de derecha, uno más derecha que el otro. En ese país se excluyen las izquierdas y otras formas de expresión política. ¿Busca la exclusión la 4T?

México no es EUA, tenemos un sistema político más perfecto: el voto vale lo mismo para todos, tenemos democracia directa, plural, de inclusión a las minorías y de consensos.

Lo que busca la 4T es una democracia en la cual quien gane, gane todo y quien pierda, pierda todo. Eso edifica tiranías, impide la construcción democrática y los consensos, veamos el caso del vecino y evitemos semejarnos.

En el siglo XX vivimos la democracia de mayorías, fue un fracaso pues se convirtió en sistema de partido hegemónico, a tal grado que México no figura entre los países democráticos en los tratados de teoría política.

Se avanzó a una democracia inclusiva, así nace la representación proporcional, hoy se debate su existencia, al partido en el poder le incomoda y le ve como bicho incómodo. ¡Son intolerantes a lo diferente!

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