Roel Guajardo Cantú

El mundo enfrenta un gran desafío por los cambios tecnológicos que son la marca de nuestros tiempos, el entorno de la llamada por Klaus Schwab, Cuarta Revolución Industrial, origen de la industria 4.0, trae consigo una serie de cambios profundos en los procesos productivos. Cambios que constituyen una constante y que seguramente se profundizarán en los próximos años con la generalización del Internet 5G que hará que el Internet de las Cosas, IoT, acelere los cambios.

Es cierto que con las actuales tecnologías seguramente en algún momento se alcanzarán los límites de la llamada Ley de Moore, es decir, del aumento constante en la capacidad de cómputo, una ley cuyo fin su propio creador ha previsto, sin embargo, seguramente surgirán nuevas tecnologías, por ejemplo la computación cuántica y la inteligencia artificial, AI, que permitirán generar nuevos desarrollos tecnológicos en el ámbito de la producción.

Independientemente de si el límite del desarrollo tecnológico se encuentra próximo o no, los cambios que ya se presentaron y los que en el corto tiempo se presentarán, hacen que las instituciones de Educación Media Superior, EMS, y Superior, ES, se enfrenten a una realidad innegable: sus procesos son demasiado largos para una realidad tan cambiante como la que se presenta hoy, y se continuará presentando, en el mundo de los procesos productivos.

Esta realidad nos indica que para cuando un joven concluye sus estudios, ya sean de Media Superior o Superior, la realidad ha sufrido los suficientes cambios para que lo aprendido sea obsoleto, o por lo menos se presente un desfase más o menos importante entre lo que aprendió en la escuela y lo que enfrentará en la realidad productiva.

Esto representa un reto por demás importante para las escuelas y universidades, ya que su función consiste en formar a los jóvenes para enfrentar su realidad y este objetivo difícilmente se cumplirá si lo que se aprende en las escuelas no tiene un correlato en la realidad.

Por ello consideramos que el modelo de formación en la Educación Media Superior y Superior debe mostrar algunos cambios que le permitan adecuarse con agilidad a una realidad tan cambiante.

Hoy, para obtener un certificado o título de EMS el alumno tarda entre dos y tres años, periodo en el cual los conocimientos científicos y la tecnología avanzan inexorablemente y se genera el desfase entre la formación y la realidad que hemos señalado.

La ES enfrenta un dilema aún más complejo, ya que generalmente está enfocada a la formación profesional, una formación dirigida para el ingreso al mundo del trabajo, a la vida económicamente activa.

Si contamos con el hecho de que el trayecto que lleva de la Educación Media Superior, EMS a la ES consiste en un periodo que va de los 6 a los 7 años de estudios, se verá que el desfase entre los estudios realizados por los jóvenes y los avances tecnológicos surgidos en ese tiempo, requiere de la realización de cambios en el modelo actual de las instituciones educativas.

En principio consideramos que ambos niveles educativo, EMS y ES, deben ofrecer a sus educandos la posibilidad de obtener Microcertificaciones que les permitan enfrentar los retos que la realidad les presentará.

Microcertificaciones o cursos cortos con certificaciones nacionales e internacionales de impacto directo a la carrera, enfocadas a aquellos conocimientos básicos necesarios para interactuar con la tecnología del sector productivo, que les capacite para una rápida adaptación al mundo laboral que enfrentarán.

Ante el desfase de los saberes y competencias adquiridas por los egresados de las instituciones de formación para el trabajo y de las universidades del mundo, recientemente distintas plataformas globales pusieron en marcha esta propuesta que permite una alineación de los nuevos profesionistas con el mundo laboral.

No es una decisión fácil de tomar para las instituciones educativas, son años de trabajo, experiencia y éxito que hoy son retados por una realidad diferente, cambiante, que se transforma ante nuestros ojos y que nos obliga a cambiar.

Debemos de estar a la altura de los nuevos desafíos.