Gerson Gómez

Es serio el asunto. Ahora lo conoce uno de los intocables. Está sentado en el banquillo de los acusados. La instancia abominable. Han leído desde el comienzo cada uno de los cargos. No es para menos la flaqueza del rostro. El sistema político mexicano expuesto a los ojos de la comunidad internacional. Genaro es rico, millonario. No como las otras 36 familias nacionales. Genaro repartió entre los prestanombres. Lo hizo de manera silenciosa. Con el auxilio de la misma estructura criminal a su servicio. Junto a él se implican jefes de policías, generales, tropa, agentes investigadores y toda una larga pléyade de rostros. Incluye personajes de cuello blanco. Sus socios del PRI y el PAN han dejado de dormir. Incluso no han cruzado la frontera. Prefieren viajar por otras rutas para sus paseos por Europa. Ya sus nombres están en la mira. Quisieran hacer un trato con los fiscales e investigadores. Participar en ese voto de silencio con derecho a reubicación, nombres nuevos, cambios de rostro y personal de seguridad a su servicio. A los principales, las cabecillas, esa posibilidad se esfuma. Los vemos escribiendo acuses de recibo cifrados contra el gobierno federal de Andrés Manuel. Marcelo Ebrard, el canciller sabe de los detalles. Su compromiso es aún mayor. Debe enviar, sí o sí, a Ovidio Guzmán a los estados unidos. Para hacerle compañía en las mazmorras. Junto a García Luna y toda una larga estructura criminal, mucha de ella, vigente en el territorio mexicano. sonico2@hotmail.com