jue. Mar 28th, 2024

Raúl Guajardo Cantú
Parece mentira que el presidente esté haciendo esfuerzos para evitar la llegada de una empresa como Tesla al país, no por lo que representa en sí misma esa empresa, sino por el mensaje que envía al resto de los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.
Independientemente de que ya aseguró que si Tesla se empeña en instalarse en Nuevo León no se le otorgarán los permisos que requiera para hacerlo, llama la atención que se empeñe en hacer que se establezca en lugares que también carecen de agua, como es el centro del país.
Tal parece que más bien el presidente quiere mandar un mensaje: no quiere empresarios independientes y fuertes en México, solo aquellos que estén de acuerdo con su proyecto se podrán establecer aquí.
Si bien la empresa automotriz invertiría en el país unos 10 mil millones de dólares en el transcurso de varios años, parece que eso no importa tanto como el saber quién manda. En pesos mexicanos es una inversión cercana a los 200 mil millones de pesos, mucho menos de lo que han costado sus proyectos insignia y no se diga de lo que costó cancelar el NAIM, así que el dinero no es problema, no para él.
Es una apuesta alta, que tiene como ventaja para AMLO el hecho de que juega con la necesidad de los empresarios extranjeros para reubicar sus plantas cerca del mercado norteamericano.
En una de esas y la apuesta le sale, pero si no es así, estaríamos ante una oportunidad perdida, una gran oportunidad.
Así es que, puede ser que no se trate de que no desee favorecer a Nuevo León, o a Samuel García, puede ser que se trate de otra cosa, de ejercer el poder.
Si alguien le preguntara en confianza por qué correr ese riesgo, es probable que su respuesta fuese “porque puedo”. No más, no menos.

Por Admin

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