vie. Mar 29th, 2024

Monterrey. – Los altos índices de contaminación en la zona metropolitana regiomontana, incluido el dióxido de azufre que emana la refinería de PEMEX constituyen un riesgo muy elevado para la salud de los neoloneses, que demandan una solución al problema antes de que empiece a emigrar la gente o saturar hospitales, coinciden especialistas.

El doctor Rodolfo Sandoval, maestro investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien sostiene la urgencia de atender el problema que impacta en la salud, de lo contrario, será demasiado tarde la incidencia en las cuestiones laborales, educativas y la actividad económica de la entidad.
Destaca que en el aire regiomontano hay una alta concentración de finas partículas suspendidas conocidas como PM 2.5 que entran con facilidad en las vías respiratorias y provienen de la Industria del petróleo y petroquímica.

El investigador universitario alerta sobre los principales síntomas derivados de la contaminación, y que van a las vías respiratorias, principalmente en niños y adultos mayores con complicidades como diabetes, hipertensión,, enfermedades pulmonares, asma, arritmia alérgica y otros cuadros como dolor de garganta, falta de aire y ardor ocular.
Sandoval refirió a las emisiones recientes de la Refinería de Cadereyta, que “esparció un olor irritante, picante, que algunos describieron como olor a orina de gato, y que debido a corrientes de aire se desplazó a la zona a metropolitana “.
Lo atribuyó al dióxido de azufre, un gas incolor, irritante, que tiene su origen en la combustión de carburantes fósiles como el petróleoy,que debido a las condiciones ambientales imperantes estuvo a un nivel de duelo más bajo que lo normal.
Aquí, las probables afecciones a la población son las antes descritas, y subrayó la necesidad de que las autoridades se avoquen a solucionar el problema, antes de que sea demasiado tarde y el sistema de salud se imposibilite de atender por las grandes cantidades de enfermos.
El médico investigador recalca que las autoridades están obligadas a atender el problema y redoblar esfuerzos, ser más estrictos y amonestar a la industria y el parque vehicular ” antes de que pasemos de ser la Ciudad más contaminada a una Ciudad fantasma, al obligar a la población a emigrar y buscar mejores condiciones de salud y de vida”.

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