El perro Guarumo

Experto en recoger animales de la calle. Ha girado instrucciones a los empleados. Darles entrada a sus sucursales. Eso significa también colocar dispensarios con agua. Los canes y felinos aparecen por todos los pasillos. Dormitan entre las líneas blancas y electrónicos. Hay también algunas damas de buen corazón. Caridad cristiana. Reciben en sus hogares a hombres labiosos. Convertidos en amantes. Los aprovechados escriben páginas nuevas de violencia de género. Venden caro el amor a las aventureras. Los he escuchado decir sobre la soledad como enfermedad. Llegar a la curva de la vida sin compañía. El mayor fracaso de la simulación a la felicidad. De nobleza sin igual, los fantasmas del pasado son las actuaciones melancólicas de los desposeídos. Ambos personajes hacen malabares. Evitamos el golpe de calor. Ya no somos el solovino o el canelo. El chasquido de la sombra, nuestra imagen, planta de ceniza. Del crucero en Cervecería nos hacemos de la careta del personaje humorístico del perro guarumo. En la alameda central asumimos la forma natural del can. Nos observan los animales tendidos. Les aullamos dolientes. Apenas levantan la cabeza y la dejan caer fastidiados. Tendido multitudinario. El gerente de la tienda lo acepta de buen gusto. Cerramos los ojos. La siesta vespertina debe de ser mínimo dos horas. Hasta cuando se apacigüe la resistencia. Conservo la forma humana y animal. Demuestro mi lealtad. Vamos juntos a la victoria. A la supervivencia de la tercera ola de calor en México. sonico2@hotmail.com