Óscar Tamez Rodríguez

El lunes la alianza “Va por México” anuncia con bombo y platillo el método para seleccionar a su candidato, hablaron con enjundia los dirigentes del PAN, PRI y PRD, presumieron un grupo de expertos ciudadanos de alto prestigio como su consejo responsable de cuidar la transparencia en el proceso, antes de 36 horas ya habían renunciado los consejeros.

La prensa nacional dio cuentas de la renuncia y señala que el consejo ciudadano organizador de las elecciones primarias en los tres alegres compadres (PAN, PRI y PRD) se disuelve porque los partidos no respetaron, bueno, sus dirigentes, el método para elegir candidato a la presidencia.

Entre las frases de sabiduría popular que utilizaba mi abuela Juana está la siguiente: “Cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde”, expresión pintoresca que refiere a la persona capaz de atentar contra sí misma o contra los suyos con el afán de obtener ganancias o prebendas.

Vaya que la perra es brava, en menos de dos días los dirigentes enterraron su proceso, descalifican su ingreso a la contienda. Lo mismo da que gane un personaje intachable, la mancha en su selección le acompañará durante el proceso electoral 2023-2024.

 A nadie que conozca algo del sistema político mexicano le debe extrañar que los partidos procedan de esa manera, sin embargo, como decía la abuela Juana: “Hay momentos para comportarse en la mesa”, eso es cuando se tiene visitas en el hogar.

Los partidos reciben un voto de confianza por parte de un amplio sector de la sociedad civil organizada y de organismos intermedios, responden a ella exhibiendo sus poco ortodoxos modales políticos. Como dice la frase popular: “enseñaron el cobre”.

Su desaseado proceder tuvo consecuencias inmediatas. El operador de campaña y coordinador electoral de Morena, desde el púlpito mañanero se burló del grupo Va por México, les acusó de todo; aunque no tenga autoridad moral para hacerlo nadie puede cuestionar sus dichos, se portaron como siempre cuando actuar como nunca.

La gran estocada la pone Lily Téllez, política metida al PAN luego de salir de Morena, vaya, alguien con poca autoridad moral para reclamar lealtades y transparencias, pero que en su video donde difunde su renuncia para contender no tiene una sola palabra de desperdicio.

La renuncia de los ciudadanos acreditados y la separación de Lily Téllez mandan al sótano el proceso, ni las llamadas de regresar que hicieron sus compañeros aspirantes a la otrora periodista sirvieron para contener el descalabro.

Téllez pudo bajarse y ya, pudo argumentar mil cosas, incluso manifestar dudas en proseguir, pero no, su estilo pendenciero, de egocentrismo político para golpear sin mediar afectaciones, la guio al exponer en el video. Diría mi abuela: “… hasta los de casa muerde”.

Morena puede presumir un proceso aseado, en su pre, pre, precampaña todo se mueve conforme al coordinador del proceso, el guion se sigue a pie juntillas y eso da confianza a algunos, aunque sepamos que es la mayor simulación política de las últimas décadas, incluso ilegal.

Los tres alegres compadres no pudieron resistir la tentación de comportarse como siempre ante un momento histórico e inédito, habrá que medir el costo de los daños porque mucha de la sociedad civil, organizada y no, se les alejará.

Para el ciudadano no partidista opositor a la 4T se busca un proyecto alternativo, transparente, ciudadano y honesto. Lo que les ofrece el proceso opositor es lo mismo. Finalmente, el metamensaje es: yo soy la oposición, me compras a mi o ya sabes a quién.

¿No hay más para quienes queremos democracia?