Cosas del Tony
Por: Antonio Sánchez R.
Antes de dar inicio con nuestro tema de esta semana, quiero enviar un saludo al personal del Bar Sabino”s, un agradable lugar en el que tuvimos el gusto de estar el pasado lunes 14 de agosto, para festejar el cumpleaños de mi hija más pequeña, Samanta Miroslava Sánchez Torres. Agradecimiento y saludo muy especial al “Profe” Oscar Coronado y a su hermano Jaime Coronado, quienes han convertido este tradicional lugar en un espacio de esparcimiento al que vale la pena regresar. ¡Salud!
Y a lo que te truje, “Chencha”:
Pobreza y miseria van muy de la mano y la gente que se encuentra en esa situación, sufre lo indecible y prácticamente no hay palabras para describir cada uno de los padecimientos a los que se tienen qué enfrentar no para vivir, sino para sobrevivir en una sociedad que muy poco hace en verdad para tenderles la mano.
Hay gobiernos que se han levantado el cuello diciendo que “los índices de pobreza se han reducido en gran medida” y hasta han llegado a presumir la inexistencia de “pobres”. Recuerdo a un tal Fox que, haciendo gala de un histrionismo que envidiaría cualquier actor de vodevil, llegó a asegurar que en su sexenio se había “acabado con los pobres”.
La respuesta de muchos, en la que me incluyo fue que, tal vez esos pobres ya no existían porque se habían muerto de hambre o algo peor, que habían dejado de ser pobres porque habían caído un escalón más y habían ido a parar al mundo de los más olvidados: los miserables.
Y miren ustedes que en aquéllos tiempos de “Foxilandia”, pese al nulo crecimiento económico, la situación interna no estaba tan apretada, los sueldos alcanzaban para una canasta básica pasable pero, de ahí a que estuviéramos en una bonanza suficiente como para sacar a los pobres de su ámbito, ni pensarlo.
De muchos ex presidentes hemos escuchado decir que se ha tenido determinado crecimiento económico, con lo que daban a entender que para algunos podría haber sido factor para mejorar su situación individual. A muchos nos fue bien, pero a otros, no tanto, pero ahí ya no entra la mano de “papá gobierno”, pues cada quien va construyendo su propio destino y crece o decrece de acuerdo a la administración de sus ingresos.
Pero lo cierto es que sigue sonando a mentada de madre que se diga que se ha abatido la pobreza, cuando a ojos vistos es evidente que eso es totalmente falso, que es al contrario, pues cada semana que pasa, los precios van subiendo gradualmente y cada vez es más difícil adquirir lo más necesario para sobrevivir.
Hace unos días, nuestro insigne presidente, Andrés Manuel López Obrador, presumió con bombos, platillos y fanfarrias que se había “logrado” reducir el índice de pobreza en casi un 8 por ciento. Según información oficial, en el país de 126 millones de habitantes, el porcentaje de población en situación de pobreza bajó a 36,3 % en 2022 frente a la proporción de 43,9 % de 2020.
El presidente aseveró que esto muestra que se redujo la pobreza como no se lograba desde 1984. ¡Wooow!, los “datos” oficiales que el “preciso” nos presume, son SUS DATOS, pero todo eso es muy relativo, pues nada más es cuestión de ver cómo las calles de las grandes ciudades están cada vez más atestadas de gente que para llevar alimento a sus hogares, hacen cualquier cosa, están dispuestos a todo con tal de sacar adelante a su familia.
Y es aquí donde volvemos a preguntar: ¿qué pasó con ese casi ocho por ciento que dejó de ser pobre?, ¿se volvieron clase medieros y escalaron hasta la riqueza? ¿O será que en realidad existe un apartado estadístico, esto es, “otros datos”, que ubican a esos pobres en el apartado de la MISERIA? Es lo más seguro.