Alberto Vásquez/KW Noticias
No se sabe todavía cuáles fueron los motivos, pero lo que es un hecho es que Jesús Nava, el panista convertido a emecista, se aventaron las «peinetas» y se aventaron las Barbies, y nos platican que se pelearon a morir, con gritos y toda la cosa.
Quizá eso explica que su «enviado especial» al Palacio de Cantera, Juan Manuel Alvarado, el pastor corrupto que se ha enriquecido por el paso de algunas dependencias, haya recogido sus chivas de su oficina, para dejar su puesto y a su jefa, la Michoacana Julieta López Bautista, sin su «muy agradable presencia».
Hay quienes dicen que Jesús Nava, reclamo esa posición al gobernador para tener a su gente cerca del palacio, para monitorear todos los movimientos del mandatario estatal y poder tenerlo agarrado de salva sea la parte, y por eso mando a Juan Manuel Alvarado, ex-norte y ex- candidato del PES, para que lo tuviera informado.
Aunque Juan Manuel Alvarado, sigue operando en el municipio de Santa Catarina, dónde dejó al cuidado de sus haberes, a su hermano Daniel Alvarado, con quién ha vivido muchas aventuras juntos, como la ocasión que los secuestraron por el rumbo de cumbres, les robaron sus camionetas y los tiraron amarrados alla por la alianza real, después de quitarles un maletín con medio millón de pesos, cuando los acompañaba Jorge León, quien hacía las veces de chofer.
Esperemos para saber sí Jesús Nava le pide perdón a su jefecito para llevar la fiesta en paz porque ya las elecciones están a la vuelta de la esquina, pues muy probablemente, Juan Manuel Alvarado, tenía la encomienda de crear algunas empresas fantasmas para facturarle al Gobierno de Nuevo León y pagar la campaña de su jefe, porque se sabe que sus lujos, Nava, los paga con el dinero del pueblo de Santa Catarina.