La gente dice que es mejor tener paz, que tener la razón, y el Espíritu Santo lo cinceló desde hace más de dos mil años en los rollos de los salmos y en nuestros corazones, porque nos exhorta a buscar y seguir la primera, pero nosotros hacemos un lío de dimensiones mundiales por sostener la última.
Hay muchas formas de creer en Jesús, pero la más importante siempre será aquella que se esfuerza en obedecerlo e imitarlo en todo.
Es irónico que la gracia nos une ( igual que el pecado porque todos somos pecadores), pero es la redención en Cristo -y no nuestras costumbres- la que nos hace una familia.
La base de nuestra fe es la muerte y resurrección de Jesús y eso es lo que nos hace que compartamos la misma vida en Cristo.
CRISTO NO ESTÁ DIVIDIDO. ¿Por qué nos dividimos nosotros?
No es ni la doctrina ni la tradición, sino la hermandad que tenemos gracias a la adopción por medio de la sangre de Jesús.
¿Cómo demostramos afecto a TODOS nuestros hermanos en Cristo?
Todo el que ha nacido de nuevo es nuestro hermano.
Es tiempo de unirnos y obedecer juntos el mandado de amor que el Padre nos dejó a través de Su Hijo, y que nos recuerda hoy a través de su Santo Espíritu.
Sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
1 Corintios 1:12-13 | Romanos 14:19 | Salmos 34:14 | 1 Pedro 3:11 | Génesis 2:17
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