mié. Ene 22nd, 2025

Por Manuel CARMONA

A unas horas de que el empresario Donald Trump inició formalmente su periodo como Presidente de los Estados Unidos de Norte América y se ponga en marcha todo un proceso de realineación de fuerzas en la economía y en la política en todo el mundo. Pero tal parece que el gobierno federal no ha podido dimensionar en toda su magnitud los riesgos que se corren a partir del primer día de la asunción al poder del magnate y los que sobrevengan con el correr de las semanas.

Llama la atención la escasa seriedad con la que se ha encarado un asunto tan delicado y que tanta preocupación e incertidumbre ha generado en todo el orbe. Incluso hasta en el Medio Oriente los grupos en pugna: Israel y el grupo extremista Hamás han preferido suscribir un cese al fuego e iniciar a la brevedad una ronda de negociaciones, antes que servir de pretexto al próximo Presidente de los E.E.U.U. quien ha hecho público su interés de intervenir y desatar un infierno en la región en caso de que las partes no se pusieran de acuerdo pronto.

Pero mientras en todas partes se llevan a cabo reuniones permanentes de planeación, organización y de alta diplomacia en aras de hacer frente al peligro que se avecina, en México el gobierno va de un extremo a otro, a veces a veces a minimizar y decir que todo está bien, que nada va a pasar, en hacer reiterados llamados a la calma y en otras a pronunciar discursos y arengas nacionalistas en un intento por tratar de ponerle límites al bravucón, e incluso en los días más recientes hemos podido escuchar posturas francamente ridículas.

Hemos pasado del mexicanos al grito de guerra de la Presidenta Claudia Sheimbaun, hasta la filtración de un documento supuestamente confidencial distribuído en el Senado, donde se advierte el riesgo de levantamientos armados, algo así como brotes de insurrección populares en las regiones donde el gobierno estadounidense pudiera acceder a tratar detener bandas de narcotraficantes y hemos llegado hasta las hilarantes declaraciones del ex diputado y hoy Director Nacional de Promoción al Deporte Miguel Torruco Garza, quien se ha comprometido a solicitar la ayuda de Rambo (Silvester Stallone) para contener al próximo Presidente Donald Trump.

Que sigue si nada de eso funciona? Pedir la ayuda del Chapulín Colorado? Ese es el nivel de funcionarios e internacionalistas que tenemos en el gobierno federal para hacer frente a la inminente embestida largamente anunciada por parte del futuro mandatario del vecino país del norte: deportaciones masivas de migrantes, imposición de nuevos aranceles a las exportaciones mexicanas e incursiones a territorio nacional para la captura de bandas de narcotraficantes que serán elevados a rango de terroristas.

Al parecer lo más preocupante ni siquiera es la belicosidad anunciada por parte del Presidente Donald Trump, sino la ingenuidad y el escaso nivel profesional de los representantes del gobierno de México como Marcelo Ebrard, Ramón de la Fuente y el nuevo Comisionado del Instituto Nacional de Migración, Sergio Salomón Céspedes, por cierto mencionado en un asunto de legalización de chinos en el estado de Puebla en el último tramo de su administración.

No entienden que el próximo lunes 20 de enero marca el fin de una época de relaciones complejas, tensas y  asimétricas y empieza el reinado de la fuerza como único lenguaje en la relación binacional.

No entienden que se vienen días aciagos, pues a lo largo de su historia México siempre ha sobrellevado una relación con el vecino país del norte desde una postura de debilidad, que nos lleva en una dirección en otra en función de los intereses de la geopolítica mundial, por lo que la única arma a nuestro alcance es buscar términos posibles de negociación y no la escaramusa que pretendemos plantear para transitar este periodo oscuro que está por comenzar…

* El autor es abogado, escritor y analista político.

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