Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. 

Un joven fue herido en la Primera Guerra Mundial y el médico que vino a tratarlo dijo: «Lo siento, pero ha perdido el brazo». El joven soldado contestó: «Doctor, no lo perdí. Lo di».

Jesús vino «para dar su vida en rescate por muchos».

A veces dar, duele; pero como el amor de Dios cubre multitud de faltantes, podemos ver como sucede un milagro en nuestros ojos: dar, ahora llena.

Siempre que tengamos la oportunidad, demos del tesoro de nuestro corazón para llenar el vacío que otros tienen.

Seamos imitadores de Dios como hijos amados. ¡Enseñemos con nuestras acciones el amor de Jesús!

Misión: Poner mi vida en servir para que muchos sean rescatados.

Oremos hoy unos por otros, para que podamos imitar el amor de Dios con nuestro prójimo.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Mateo 20:28 | Marcos 10:45

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