sáb. Feb 22nd, 2025

Luz María Ortiz Quintos

De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española la definición de sentido “son los conocimientos y las creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable.”

En estos tiempos es muy común convivir sin sentido común, ya no seguimos las reglas de convivencia que nos forman para tener un buen comportamiento, nos enseñan a vivir en paz y armonía. Otro tipo de normas que no se respetan son las reglas de etiqueta, también conocidas como buenos modales, los cuales indican formas de vestir de acuerdo al lugar o al evento que asistimos por mencionar un ejemplo. 

Lo que hoy predomina es la falta de valores y virtudes con las que vivimos. Hemos fallado con las nuevas generaciones, no supimos ser ejemplo, enseñar a nuestros hijos el discernimiento entre lo bueno y lo malo, caímos en la cultura del relativismo, esto se refiere a que nada es bueno, nada es malo. Modas impuestas a conveniencia de los intereses económicos de unos cuantos. Estamos inmersos en una crisis moral que va aumentando. En las relaciones interpersonales vemos la ausencia de comportamientos basados en lo moral, lo justo, lo ético, lo sobrio, lo razonable, estamos siendo llevados por modelos de conductas sin estar conscientes que lo único que han logrado es la deshumanización, el egoísmo, el engaño, la traición y la mentira. 

Gracias a esto, también se han generado en las personas enfermedades y trastornos psicológicos que desencadenan depresión, el suicidio, los vicios, consumo de drogas, alcohol, pornografía, etc.

El ser humano se va alejando cada vez más de un concepto de persona integral, que comprende mente, cuerpo y alma.

La educación de la persona no solamente es en el área académica de conocimientos científicos, se ha dejado de lado o se han olvidado por completo los conocimientos teológicos, psicológicos, antropológicos, filosóficos que ayudan a comprender a la persona su sentido de trascendencia. Y con estos últimos, educamos la mente y el alma.

Lo más importante; hemos dejado de lado el pensamiento crítico, aquel que nos permite tener un criterio propio de acuerdo a nuestros conocimientos y experiencias.

Papás, despertemos. En tu interior existe una voz que te dirige y hace sentir cuando vas por buen camino, atrévete a seguirla.

Por Admin

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