Cosas del Tony

Por: Antonio Sánchez R.

La vida política de Nuevo León dio un giro por demás interesante cuando, por fin, el congreso local tuvo a bien aprobar el nombramiento de Javier Flores Saldívar como nuevo Fiscal General de Justicia en el estado, luego de más de dos años de que dicho puesto permaneciera acéfalo, debido al encaprichamiento de nuestro FosfoGober, quien había mantenido un enfrentamiento permanente con los legisladores.

Pero de repente, y como por arte de “magia”, todo se “arregló” y se dio el nombramiento de Flores Saldívar, quien ya anteriormente había estado al frente de la procuración de justicia en la entidad, pues en 2015, a la salida de Adrián de la Garza para ir tras la alcaldía de Monterrey, fue él precisamente quien quedó en esta posición que ahora vuelve a ocupar.

Cabe mencionar que Javier Flores, tras rendir protesta como nuevo Fiscal General del estado, aseguró que mantendrá una relación de respeto con los poderes de la entidad y que no será subordinado de nadie, en clara referencia a una posible relación de subordinación con el Jefe del Ejecutivo, quien habría sido el que “palomeó” su nombre.

Nomás pa’ que se den un “quemón”, el flamante Fiscal sentenció que la directriz de la fiscalía estará enfocada a actuar siempre conforme a derecho y que no tiene qué haber subordinación, sino respeto a la ley y el fortalecimiento de las instituciones y que el ámbito de competencia del ejecutivo es otro. O sea, prácticamente marcó su raya desde el principio.

Peeero, de antemano sabemos la compulsión que tiene nuestro insigne FosfoGober a “brincarse las trancas” y tarde o temprano tratará de imponer “su ley”, como lo ha venido haciendo, y es ahí cuando veremos de qué está hecho el señor Fiscal, porque la mera verdad, cuando “Inocencio” García se lo propone, raya en la necedad “más necia”.

La “gratuidad” del nombramiento va a estar en veremos hasta que veamos los primeros indicios de que en verdad Flores Saldívar está dispuesto a servir a la sociedad y no al ejecutivo, como suele suceder, sobre todo cuando se pretende cobrar facturas.

La misma noche-madrugada en que se dio el nombramiento del nuevo Fiscal, el congreso local aprobó el presupuesto para el 2025, tras dos años en que el Gober se había abstenido de enviar las propuestas correspondientes, por el pleito cazado que ha mantenido con la legislatura, tanto con la anterior como con la actual.

Al parecer, se “limaron” asperezas y ya el gobernador tiene carta abierta para llevar a cabo las operaciones necesarias para “repartir la piña” y hasta para endeudarse, porque, oiga usté, estimado lector, vaya que salió trácala este muchacho que dizque gobierna nuestro estado, pues la deuda estatal es, la mera verdá, descomunal, superando en mucho a administraciones anteriores ¡y todavía le autorizaron a endeudare más!

Nada más de ver lo que se va a destinar a cada rubro, en serio, entra una preocupación bárbara, sobre todo cuando ves que hay áreas a las que se les va a destinar un presupuesto bastante “generoso”, además de que se le ha otorgado manga ancha al FosfoGober para que siga con su “juguetito favorito”, el transporte urbano, pues podrá, a través del Instituto de Movilidad, arrendar hasta 2 mil 500 unidades para el transporte urbano, cuyo pago será hasta de 84 meses.

¡84 meses! O sea, si al FosfoGober se le ocurre comprometer al estado con el arrendamiento de unidades para el transporte público, le estará heredando a la siguiente administración un problema bastante serio, pues estarían comprometidas las finanzas con un rubro que tal vez no estarían previendo, lo cual les limitaría en sus propias proyecciones.

Pero en fin, así es el “bisnes”, ¿verdad?