Una noche desperté, aunque no se si aún estaba dormida o despierta, vi una mano y una escritura en la pared.
-¿Qué decía? me preguntó mi esposo.
Y aunque se parecía a la que vio el rey Belsasar (Daniel 5), a mí no me ocasionó pavor ni turbó mis pensamientos; la interpretación decía YO Y MI CASA SERVIREMOS AL SEÑOR, mientras una voz me susurraba: lo que para unos es la meta, en realidad es sólo el comienzo.
Decir que tú y tu casa servirán al Señor no debe ser el fin, es solo el principio y debe hacerse de manera continua.
No bajes la guardia, no permitas que tus hijos se aparten del camino, alcánzalos con oración, sé diligente, enséñales CON TÚ EJEMPLO, por eso dice YO primero, porque nosotros les pondremos la muestra, entonces, nuestra casa lo hará.
Que no te pase, ni a ti ni a tus hijos lo que a Belsasar, que derrochó no solo la riqueza, sino también su alma burlándose de Dios, y se turbó en gran manera porque aún sin entender la escritura, su alma sí entendió el juicio que estaba por recibir sobre sus acciones.
Decir que tú y tu casa servirán al Señor, es algo que se dice trabajando.
Si te encontré durmiendo, enhorabuena ¡despiértate!
“Mené, mené, tekel y parsín”, y esto es lo que significan estas palabras: »“Mené” quiere decir que Dios ha decidido poner fin al reinado de Su Majestad. “Tekel” quiere decir que Dios concedió a Su Majestad una oportunidad, pero Su Majestad no la aprovechó. “Parsín” quiere decir que Dios partirá en dos el reino de Su Majestad, y que se lo dará a los medos y a los persas.» Daniel 5:25-28 TLA
¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
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