Raúl Guajardo Cantú
Por estos días se habla de la posibilidad de que las diferentes fuerzas políticas del estado formen una alianza con la finalidad de detener la posible llegada de Morena a la gubernatura estatal, con lo cual los distintos grupos perderían sus cotos de poder.
Se rumora que en dicha alianza entrarían tanto lo que Samuel García llama “la vieja política”, como la propia “nueva política que enarbolan los naranjas, todo pese a que también corre el rumor de que en realidad el gobernador del estado ya habría pactado con la presidenta Sheinbaum para entregar la gubernatura al actual partido hegemónico en el ámbito nacional.
El problema para las fuerzas políticas locales consiste en que ya todos los partidos han gobernado y los resultados no han sido los mejores, solo Morena no ha ocupado el Palacio de Cantera por lo que, aunado a la fuerza nacional que tiene este movimiento y al control que ejerce sobre los órganos electorales de todos los niveles, un probable triunfo del guinda no puede descartarse.
Hay que acotar que el problema para algunos políticos locales no consiste en perder la gubernatura, sino que quien llegue a esa silla se ponga en plan de querer controlar todo lo que sucede en el estado, como de alguna u otra forma lo ha intentado Samuel. la diferencia sería el apoyo nacional.
Es cierto que Morena en el estado no aporta nada nuevo, al menos no como para temer que las fuerzas vivas estatales salgan a votar masivamente por este partido, ya que sus miembros más destacados fueron figuras del PAN y del PRI antes de saltar hacia el movimiento que les ofrecía una oportunidad de lograr lo que no habían alcanzado en sus partidos de origen.
Si por alguna razón los nuevoleoneses pensaran en dar la oportunidad a los guindas, seguramente el gobernador, o gobernadora, sería alguna personalidad conocida ya para todos nosotros y cuya historia no necesariamente tendría algo nuevo que ofrecer y muy probablemente tampoco tendría capacidad para garantizar la gobernanza estatal, ya que el movimiento guinda está sumamente dividido en Nuevo León, tanto que entre las posibles candidatas se han manifestado expresiones poco amables unas con respecto a otras.
Por desgracia para muchos, los ciudadanos nuevoleoneses están hartos de no verse representados por los partidos políticos tradicionales.
Ese hartazgo puede impulsar a muchos nuevoleoneses a votar por alguien que tenga la etiqueta de “novedad” aún y cuando en realidad sea un producto reciclado de la vieja clase política estatal, solo envuelto y con moño guindo que verá la oportunidad de alcanzar el poder que no tuvo a través de otra organización partidista.
Precisamente esto es algo que los votantes nuevoleoneses no deben perder de vista en 2027, que su voto puede ser la diferencia entre alcanzar un buen gobierno, con equilibrios entre poderes y entre niveles de gobierno o caer en brazos de algún político que desee acumular todo el poder para sí… y no necesariamente tiene que portar el color guindo.
Ustedes tienen la palabra.