Luz María Ortiz Quintos
A partir de 2023, inicié un programa para hablar con padres de familia y maestros, con el objetivo de evitar y prevenir el abuso sexual infantil.
He visitado comunidades de padres de familia tanto del sector público como del privado. No solo es un tema que me preocupa, sino que también me ocupa el hacer conciencia del peligro al que están expuestos tanto niños como niñas y jóvenes.
Repruebo ese tipo de conductas de personas que atentan contra la pureza y la integridad de los menores.
Muy probablemente todos hemos conocido casos de abusos en distintos sectores de la sociedad: iniciativa privada, sector público y comunidades religiosas.
En este último sector, no solo se han presentado casos en la comunidad católica; también se han denunciado abusos en otros grupos religiosos.
Me llamó la atención la forma en que el Padre Jorge Loring, S. J., se refiere a los malos sacerdotes:
“Evidentemente que hay malos sacerdotes, y esto es inevitable, dada la libertad y la fragilidad humana. Yo digo: si entre doce apóstoles hubo un Judas, entre cuatrocientos mil, ¿a cuántos Judas tocamos? Esa es la vida. Ojalá todos fuéramos santos —que obligación tenemos de ello— representamos a Cristo, deberíamos ser santos, pero no es así. No hay que extrañarse de que haya malos sacerdotes.”
“Ahora bien, lo que sí es una injusticia es enfatizar y propagar, a bombo y platillo, los malos ejemplos de una minoría de sacerdotes, y silenciar los buenos ejemplos de miles de sacerdotes honestos. Pero que un sacerdote sea honesto no es noticia. Eso no sale en los periódicos ni en las noticias por televisión. Pero un sacerdote pederasta está a todas horas en los medios de comunicación”.
También recomendó el Padre Loring:
“Si tienes la desgracia de topar con un mal sacerdote, busca a otro que sea bueno. Porque eso no es razón para que te vayas de la Iglesia”.
“Muchos usan como excusa haberse ido de la Iglesia porque tropezaron con un mal sacerdote”.
Considero que cualquier caso de abuso debe ser denunciado ante la autoridad o autoridades correspondientes, independientemente del cargo o posición que desempeñe el agresor.
Y que estos desafortunados casos no deben desanimarnos en nuestra fe. Nadie quiere pasar por una situación de abuso; sin embargo, son riesgos que siempre han existido.
Trabajemos en abordar el tema de la educación sexual desde casa. Hablemos con los hijos desde pequeños, para “vacunarlos” contra un acto de abuso sexual. Prevenir es la clave.