La IA y la escritura en el escenario académico norteamericano hoy
Gabriel Contreras
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Pon el ChatGPT en tu portafolio
Se suele coincidir al afirmar que en muchos cursos se implementan herramientas como el ChatGPT y se usan como “compañeros de borrador”. Esto es se les implementa con miras a la ideación de tramas y de motivos, pensando en la generación de variantes de voz, o en la reescritura por restricciones o modelos. O bien en el afán de obtener un feedback rápido sobre la claridad y la exactitud rítmica, por ejemplo.
Al mismo tiempo, se sabe que en estos momentos se están creando programas y asignaturas específicas (p. ej., Writing with AI en la Univ. de Alaska Anchorage; y AI Literacy for Writing, en Boston University), plataformas académicas en las que se exploran las técnicas del prompting, y se ejerce además la reflexión crítica sobre la coautoría y los límites del modelo.
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Aires de cambio
Infraestructura y acceso institucional.
Por su parte, existen centros educativos grandes e importantes que han desplegado versiones “de campus” del ChatGPT (con controles de privacidad y datos, esto es: con ciertas restricciones) para el ejercicio de la docencia y la creación.
Arizona State University fue un elemento clave en el lanzamiento de ChatGPT Edu, y por tanto lo adoptó en sus programas a lo largo de 2024. Además, hay sistemas como California State University, que lo están extendiendo a cientos de miles de estudiantes. Esto, evidentemente, ha facilitado su uso en cursos de escritura creativa sin exponer los datos estudiantiles ni la calidad de los materiales resultantes.
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Marco pedagógico y políticas
En Norteamérica, el consenso se está desplazando de “prohibir a permitir”, lo que significa girar hacia políticas en capas o etapas (taller, programa, institución).
La MLA–CCCC Joint Task Force on Writing and AI publicó a ese respecto guías con una clara enunciación de principios, riesgos y recomendaciones en 2024, y centros docentes como UT Austin, Tufts, K-State, y NCSU ofrecen enunciados modelo de sílabo desde la prohibición total hasta el uso permitido con elementos de atribución.
En los talleres creativos de diversos centros universitarios norteamericanos, esto se traduce en reglas claras: declarar el uso del dispositivo, conservar los borradores humanos, y además estar abiertos discutir la dicotomía propiedad/autenticidad.