La crisis sanitaria por el coronavirus ha causado tal impacto económico en los países en desarrollo que la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió este lunes responder con una ayuda por valor de 2.5 billones de dólares a modo de un “plan Marshall” con el que contrarrestar el golpe.
Esa ayuda se dividiría en un billón de dólares en derechos especiales de giro (activos del FMI para complementar las reservas de países en dificultades), la condonación de deuda a esos países por valor de otro billón, y 500 mil millones para financiar el “plan Marshall” propiamente dicho en forma de subvenciones para la recuperación.
Peor que la gran recesión de 2008. “La velocidad a la que las ondas expansivas de la pandemia están golpeando las economías en desarrollo es dramática, incluso en comparación con la crisis financiera global de 2008”, destaca en un comunicado la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
“Los efectos secundarios de este shock son difíciles de predecir, pero hay claros indicadores de que las cosas se van a poner mucho peores para las economías en desarrollo”, añadió el secretario general de UNCTAD, Mukhisa Kituyi.
SALIDAS DE CAPITAL. La petición de ayuda financiera se basa en un informe publicado ayer por este principal Órgano de la ONU, en el que se analiza el precio que los países en desarrollo han pagado debido a la pandemia en término de salidas de capital, endeudamiento, depreciación de sus monedas, caída del turismo y pérdida de exportaciones.
Por ejemplo, UNCTAD calcula que las salidas de capitales de las economías emergentes en febrero y marzo totalizaron 59 mil millones de dólares, más del doble que los 26.700 millones perdidos en esos mercados tras la crisis financiera de hace 12 años.
Por otro lado, el valor de las divisas en esas naciones ha caído entre un 5 y un 25 por ciento desde principios de este año, también un ritmo más rápido que el de la crisis financiera global.