*Icono del sindicalismo que se adaptó a los tiempos de la época

David Casas

Monterrey, N. L- Agustín Serna Servín, el legendario líder sindical que adelantó a los tiempos de la modernidad y le apostó a la educación desde las filas de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), fue recordado con una guardia de honor en el día de su natalicio.

Con reconocimiento en el movimiento obrero a nivel local y nacional, inclusive en algunos Países del mundo, a Serna Servín se le debe el sindicalismo del siglo XX1 en la auténtica CROC de Nuevo León cuyas bases sentó desde los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado.

A él también se debe la creación de la primera universidad obrera en el País, el Instituto Universitario Tecnológico de los Trabajadores (IUTT) una institución con carreras tradicionales y las nuevas, las del futuro que reclaman los nuevos tiempos y la planta laboral.

Mucho antes del surgimiento de las aplicaciones en México, Agustín Serna ya hablaba de establecerlas en los taxis, el tiempo no le alcanzó, pero dejó un legado de proyectos modernos.

Hijo mayor de una familia integrada por 10 hermanos, desde muy jovencito solía acompañar a su padre Agustín Serna Mendoza a reuniones de carácter sindical y, junto a él, adquirió la pasión por el sindicalismo obrero y por las siglas de la CROC.

“Eran tiempos duros, en los que los los problemas sindicales no sólo se limitaban al ámbito de los tribunales del trabajo, muchas veces se resolvían en las calles, a costa de la vida de los militantes croquistas que ofrendaban su sangre  por las causas obreras. Era el signo de los tiempos”, recuerda su hermano Osvaldo Serna Servín, secretario general de la Federación Estatal de Sindicatos de Trabajadores del Autotransporte (Festa).

Ingresó a la CROC en 1964 y sus primeros pasos fueron en la conformación de la Coalición del Volante, sindicato que creció rápidamente.

Fue representante obrero, formó sindicatos, líder nacional del transporte croquista, secretario de Trabajo y Conflictos del CEN de la CROC, consejero técnico ante la OIT en Ginebra y una actividad importante en el movimiento obrero.

En lo político fue diputado local, diputado federal y en lo social un impulsor del béisbol amateur que dio logros relevantes a Nuevo León con campeonatos nacionales y formación de jóvenes que triunfaron a nivel profesional.

Aquel joven inquieto que redactaba los contratos colectivos y emplazamientos a huelga en una vieja máquina Remington, que se formó al lado de su padre y de emblemáticos líderes como José González Alvarado y Eleazar Ruiz Cerda, fue recordado en el jardín de los líderes ilustres en el edificio croquistas donde está su busto.