Walter Elizondo.
Es cierto, este año 2020 ha pasado muy rápido, a raíz de la pandemia del covid-19 que azota el mundo y a nuestro México, hemos pasado por momentos muy complicados en el tema social salud y económico. Se suspendieron todas las actividades por un periodo prolongado de tiempo, lo que trajo como consecuencia el suspender y posponer actividades planes y proyectos laborales, sociales y económicos que teníamos los ciudadanos.
El permanecer en nuestras casas ha ayudado a tener comunicación con nuestra familia, vivir más despacio, y menos acelerados, darnos cuenta de lo verdaderamente valioso que tenemos muy cerca de nosotros, empero también ha traído dificultades sociales como: el aumento en los embarazos covid-19, la violencia familiar, los delitos del orden sexual, la falta de dinero circulante, problemas de salud terribles como la ansiedad, depresión, entre otros.
A mi parecer hay 2 maneras de ver esta situación, dependiendo del lado en donde te encuentres. La primera si puedes trabajar en casa, recibes un salario seguro y haces home office sin problema, lo vives de una manera distinta a las demás gente que han sido despedidos y no tienen empleo, o aquellos que necesariamente tienen que salir a diario a laborar debido a que no tienen un salario fijo y un patrón establecido que les asegure su quincena o semana.
El cierre de las actividades educativas, laborales y económicas como: juzgados, escuelas, universidades, negocios, empresas, restaurantes, bares, centros nocturnos, conciertos, teatros, cines, parques, plazas comerciales, lugares turísticos, etcétera; prácticamente te obliga a permanecer en casa y hacer actividades en tu hogar.
Además, muchas personas hemos tenido que posponer: vacaciones, viajes de trabajo y placer, planes, proyectos y por supuesto los que no pueden faltar, que son los compromisos sociales como: bodas, quince años, bautizos, cumpleaños, despedidas de soltero, entre otras. Esta situación nos enseñó una manera de vivir que no conocíamos y que ha sido complejo enfrentar, por ello si lo vemos desde esta óptica, la pandemia ha propiciado que el 2020 sea un año perdido en estos aspectos y que su duración sea muy rápido.
Finalmente, la falta de respeto que tenemos hacía la autoridad y el individualismo que perdura antes del bien colectivo de nuestra sociedad ha conllevado a que muchas personas no sigan las medidas que las autoridades sanitarias nos indican, la desinformación que abunda sobre la pandemia ha traído mucha incertidumbre y zozobra.
2020; año perdido.
Hasta la próxima.