Óscar Tamez Rodríguez
La denuncia de Lozoya contra muchos exfuncionarios no prospera judicialmente sin mayores pruebas que las de un testigo protegido dispuesto a decir lo que le ordenen a cambio de seguir arrestado en su mansión domiciliaria. Afirma que le ordenen pedir 6 mdd a Odebrecht, pero en su denuncia no aporta mayores pruebas. “El billetes” Lozoya prueba que fue un pillo quien debe reponer los millones que desvió al erario público. El problema de regresar a las campañas de linchamiento es que la justicia del Estado vuelve a usarse como mecanismo de represión. Algunos de la 4T vivieron la guerra sucia de los 60´s y 70´s, ojalá sean motores para evitar un episodio igual en pleno siglo XXI.
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