En esta pandemia se ha generado una tendencia creciente en las empresas: han añadido diversos aspectos digitales a sus procesos, acompañados en muchos casos de una nueva estrategia de negocios. Esta digitalización además minimiza los errores humanos e implica una reducción en costos de operación y una mejora en la productividad.
La transformación digital de las empresas no es una opción, es una condición para seguir operando de manera competitiva, a decir de Creze, la fintech mexicana especializada en créditos para Pymes.
Muestra de ello es que la encuesta 2019 Global CEO Outlook, realizada por KPMG, la cual revela que 64% de los CEOs en México se inclina por la inversión en tecnología al priorizar entre la compra de tecnologías disruptivas o el desarrollo de la fuerza laboral para mejorar la resiliencia de la organización.
En México, sólo 23% de las compañías habían invertido en este proceso, pero debido a la pandemia, más del 70 por ciento de las empresas iniciaron su proceso de transformación digital, según cifras de la empresa de software Baufest.
La pandemia de Covid-19 también está generando cambios en las percepciones y hábitos de consumo de los mexicanos a través de los canal digitales, es así que en 2019 las ventas en línea alcanzaron un valor cercano a los 7 mil millones de dólares y este rubro crecería dos veces su valor para finales de 2022, por lo que la digitalización en las empresas mexicanas será la vía más eficiente para impulsar el crecimiento económico. Así lo estimó la Asociación Mexicana de Venta On Line, en su estudio sobre Venta On Line en Pymes.
En su estudio Digitalización: retos y evolución de las PyMEs, la empresa Contpaqi revela que las ganancias que han tenido las pequeñas y medianas empresas al sumergirse en la era digital se ven reflejadas en:
- 89% de las empresas toman mejores y más rápidas decisiones
- 51% de ahorro monetario
- Las tendencias de consumo incrementaron en un 30% en comparación al último año
- Nueve de cada diez empresas mejoran su productividad
¿Por dónde comenzar?
De acuerdo con Creze, las empresas no deben descuidar sus inversiones en tecnología, pero deben hacerlo de manera inteligente acorde a su industria y modelo de negocios. La importancia de la inclusión digital radica en que la realicen siempre de acuerdo con la naturaleza de su actividad.
Planeación estratégica. Un primer paso debe ser analizar cuáles de los procesos empresariales mejorarían si se introdujeran soluciones digitales, y qué innovaciones se pueden incluir en materia de bienes o servicios.
Rediseñar sus servicios y modelos de atención. Todo ello con sistemas como análisis de datos, automatización e inteligencia artificial, y de manera que sea posible combinar la experiencia física con la digital; por ejemplo, permitiendo a un cliente iniciar un proceso en línea y terminarlo en una sucursal.
Implantar un nuevo modelo de inversión continua. Debe incluir el desarrollo de nuevas capacidades de los empleados, la adaptación de los sistemas de información, cambios en la organización y, en definitiva, en una nueva manera de enfocar el negocio.
La transformación digital exige recursos, pero hay que utilizarlos con cabeza y en un marco estratégico bien perfilado que permita exprimir al máximo las enormes posibilidades que ofrece la innovación tecnológica.