Por: Antonio Sánchez R.
La sopa…
Cuando un cocinero elabora una receta para una sopa que deja satisfechos a cierto tipo de comensales, la perfecciona y le da buenos dividendos, buscará mantener dicha receta el tiempo que sea necesario. Pero luego viene otro chef con una receta casi idéntica y le da a probar una cucharada y siente que es prácticamente su misma receta, es lógico que pegue de brincos, porque sabrá que le han aplicado su misma receta.
Ricardo “Tuca” Ferreti se quejó amargamente de que el Cruz Azul haya salido a jugar con un esquema súper defensivo y sus pupilos no pudieron abrir el ostión que se le paró enfrente. No supieron destrabar el candado, no tuvieron los recursos para cambiarle el sabor a la sopa, a su propia sopa, teniendo que degustar, como se dice por ahí, “una sopa de su propio chocolate.
“Si Tigres hubiera pasado a semifinales de la misma manera como lo hizo Cruz Azul, ya nos estarían criticando”, dijo el director técnico de la escuadra de San Nicolás de los Garza, en un tipo de ataque de amnesia, pues al parecer en esos momentos se le olvidó que su equipo juega así, exactamente como lo hizo La Máquina, escuadra que administró muy bien la ventaja que tomó en el partido de “ida”, en que venció a los felinos norteños por marcador de 3-1.
Una verdadera hazaña era la que tenía qué hacer el equipo de Ferreti, que conforme pasaba el tiempo, denotaba nerviosismo y a lo único que atinaban era a lanzar pelotazos al área, mismos que fueron bien controlados por una aplicada defensa Azul. No hubo más de tres tiros al arco en los 90 minutos, no hubo jugadas de peligro, salvo un disparo de Jesús Dueñas que dio en el travesaño, botó hacia afuera y fue despejada por la defensa. Un mal centro de Luis Quiñones, mal “fildeado” por el arquero celeste, se convirtió en el único gol, mismo que cayó al minuto 83’ de tiempo corrido.
Ni el gol en contra hizo cambiar el esquema de La Máquina, es más, adelantaron unos metros las líneas, sin descuidar la retaguardia, lo cual les puso en condiciones de lanzar embestidas que estuvieron muy cerca de ser capitalizadas. Los Tigres de Cemex necesitaban de un marcador abultado, 3-0 mínimo, pero no lo consiguieron y están fuera de la liguilla del Torneo Guard1anes 2020, pero continúan en activo, preparándose para continuar su participación en la Concachampions 2020, en donde es muy probable que se vuelvan a topar con sus victimarios de este domingo. ¿Habrá revancha? Ya veremos…
En la jornada dominical, los Pumas de la UNAM, sufriendo de más, consiguieron su boleto a la semifinal y ahora tendrán como rival a la Máquina Celeste de la Cruz Azul. Aunque los Tuzos del Pachuca tuvieron en sus pies las oportunidades no sólo de empatar, sino hasta de darle la vuelta al marcador global, no pudieron. No podemos decir que Oscar Ustari, arquero del Pachuca, haya pasado un día de campo ni nada por el estilo, pero lo que sí es cierto es que Julio González, portero de Pumas, tuvo más “chamba” y fue incluso pieza clave en el 0-0 final. Pumas-Cruz Azul, muy buen agarre.
Previamente, en la jornada sabatina, el súper líder León dio cuenta de un Puebla que en la primera media hora ya tenía dos goles en contra. Y aunque no bajaron los brazos, sus argumentos ofensivos fueron bastante pobres, aunque de repente se veía que si se aplicaban, podrían haber metido en problemas a la zaga leonesa.. Pese al dominio ejercido, los esmeraldas de León no pudieron aumentar la ventaja y hasta cierta “ayuda” arbitral tuvieron: una expulsión que no era, pues la falta cometida por George Corral no era para roja, una expulsión que no se dio, en una entrada artera de Barreiro, con el codo por delante, agrediendo a un jugador de Puebla, el árbitro sólo lo amonesta y finalmente, el mismo Barreiro jala de la playera a Ormeño, en un claro penal que el árbitro no marca. En fin, La Fiera va contra Chivas en la otra semifinal y a como viene el Rebaño Sagrado, tengan la seguridad de que saltarán chispas.
Porque, fíjese usted, amable lector, que las Chivas Rayadas de Zapopan le dieron una zarandeada al América, que van a recordar por mucho tiempo. Christian Calderón, el ahora famoso “Chicote”, que había marcado un golazo en el partido de “ida”, se aventó otros dos “pepinos” de la misma manufactura. Las Águilas se “acercaron” en el marcador, pero la verdad, no se veía por dónde pudieran hacer los otros tres que necesitaban para pasar. Muchas bocas calladas, mucha soberbia golpeada. Miércoles y Jueves de semifinales… Hagan sus apuestas… ¡Ah!, y si tienen tele… ¡pues ahí se ven!