Arnulfo Vigil
¿Cómo? Distinguidos priístas, que le deben todo al PRI, andan bailando al son de Clara Luz Flores, que se ostenta como abanderada de Morena, sin tener nada qué ver con el partido del Presidente. Así es: Felipe Enríquez, Héctor Gutiérrez, Benito Caballero, Eugenio Montiel, con trayectoria amplia dentro del PRI, que jugaron las cartas con ese partido, que se encumbraron en un momento determinado por ese partido, que a ese partido le deben lo que tienen, ahora lo traicionan para unirse a la candidata que también traicionó al PRI.
Y también panistas: Felipe de Jesús Cantú y Víctor Fuentes. Los dos han ocupado sitios de privilegio en las administraciones públicas municipales, uno en Monterrey y el otro en San Nicolás, han jurado defender a su partido, por su partido se han antepuesto a las propuestas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, al que todavía siguen tachando como un peligro para México.
Felipe de Jesús como diputado federal votó a favor de la Reforma Energética. Y hasta se especuló que recibió millones de pesos para votar a favor, al igual que otros panistas como Ricardo Anaya, y que consiguió favores para empresas amigas en el rubro del petróleo. Víctor Fuentes despotricó contra las políticas “populistas” de López Obrador y se mostró en contra de las propuestas de su partido a favor de la diversidad, la despenalización del aborto, la política económica soberana.
Ahora los dos panistas, al igual que los priístas, sin ex, están en el lado del que criticaban. Dicha sinvergüenzada conduce a una cosa: en realidad no son morenistas, se han infiltrado en ese partido para frenarlo en Nuevo León, y con ello frenar a Clara Luz pierda. Si acaso ganara, ahí están ellos para que no se apliquen las políticas de López Obrador y se le arrebate el Congreso de la Unión.
De hecho, la misma candidata Clara Luz, ante miembros de la Caintra dijo que si gana revisará el Pacto Fiscal para dar más ventaja a Nuevo León (aunque tenga muchos años en su aplicación actual) y que introducirá sistemas de energía limpia, en vez de la que se usa actualmente. Dichas aseveraciones contradicen lo dicho y hecho por López Obrador: no al rompimiento del pacto fiscal con Nuevo León o en todo caso una propuesta conveniente, y postergar la entrada de empresas productoras de energía limpia.
Es grave. Si eso se hace en plena campaña, si acaso llegara a ganar sería una enemiga terrible para López Obrador. Sin duda alguna, el presidente con su partido se está aplicando el harakiri. Aunque AMLO resista en su postura de no entrometerse en los asuntos de partido, ni siquiera en el suyo. Y eso, por otra parte, pide a los gobernadores. Pero, bueno, hasta se retrató con Clara Luz.
Entonces, Morena en Nuevo León no es el partido que fundó López Obrador y por el cual llegó al poder. Morena en Nuevo León es antiAMLO. Y, paradójicamente, con el visto bueno del propio AMLO. Con panistas y priistas de hueso colorado con otra camikseta, y demás jungla, no se espera nada bueno.
La gente en Nuevo León no quiere saber de traidores, oportunistas, arribistas; quiere saber de alguien que realmente le solucione los problemas, los más inmediatos. Los ciudadanos no son tontos y no olvidan, saben quién es cada uno de los que andan en el baile. Y eso se refleja en votos.