Raúl Guajardo Cantú
Según Oscar Wilde “En este mundo hay sólo dos tragedias: una es no obtener lo que se quiere; la otra es obtenerlo. Esta última es la peor, es una verdadera tragedia”. Menciono esta cita debido a la reciente aprobación del presupuesto en los términos en que lo pidió el gobernador Samuel García, por decirlo así, se aprobó “sin moverle una coma”.
El caso es que en este próximo 2022 Samuel habrá de cumplir sus promesas y no tendrá pretextos en caso de que los objetivos fijados no se alcancen. A menos claro, ojalá y no sea el caso, de que la pandemia vuelva por sus fueros debido a la variante Ómicron o a alguna otra.
Pero por lo pronto, las obras anunciadas deberán arrancar, pero no solo eso, se deberán solucionar los problemas que según esto, son los prioritarios, como es el caso de la seguridad, la movilidad, el medio ambiente y la reactivación económica.
Todo ello sin mencionar la salud, ya que pese a todo, no deberíamos de bajar la guardia pensando en que la pandemia ya dejó de ser un problema.
Por supuesto que deseamos que las cosas vayan bien, porque ello implica que Nuevo León retome sus actividades normales, que emprenda el camino hacia las nuevas metas que ha planteado Samuel García y, además, que supere las afectaciones que la pandemia ha dejado en el estado.
Somos optimistas, pero al mismo tiempo creemos que hay que ser realistas y que el gobernador debería dejar una puerta abierta para enfrentar imprevistos, qué bueno que tenga metas altas y que haya conseguido un presupuesto innovador, ojalá que tenga planes B en caso de que alguna u otra obra no avance al ritmo deseado.