Por Salvador Hernández LANDEROS
La Constitución de NL es una Ley Suprema. ¿Entonces, cómo explicar que se lleve a cabo su procedencia, sólo, en “lo oscurito”, con líderes del Congreso local?
Aprobar por unanimidad y sin ningún ajuste a la iniciativa propuesta por el gobernador, despierta el sospechosismo como para preguntar, ¿a cambio de qué?
El documento, que contiene 223 Artículos y 5 transitorios, fue aprobado por los legisladores locales en solo dos semanas. ¿qué prisa hay? ¿a quién benefician?
La Constitución es del pueblo y para el pueblo, no sólo para los lideres de los partidos políticos y el grupo de diputados que integran el Congreso estatal.
Con todo respeto para los integrantes de la presente Legislatura, pero, de acuerdo a sus perfiles, el 80 por ciento de ellos no cuentan con la capacidad ni cultura jurídica para intervenir en la elaboración de una nueva Ley Suprema. Es la realidad.
El presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Héctor García, considera que la aprobación de la Reforma en la primera vuelta es un acto histórico.
Si en verdad se pretende que sea algo histórico, se debe convocar a todos los sectores y ciudadanos se Nuevo León y no andar con triunfalismos adelantados.
Si se trata de hacer historia, bien valdría hacer llegar el documento a los colegios de abogados constitucionalistas, universidades, tecnológicos y líderes de la sociedad civil y con amplia difusión plural. Sólo transparencia y decencia