Tomado de la revista Letras de Poder
Por Guadalupe Meza
Monterrey – A lo largo de la historia las personas han encontrado la forma de ocultar aspectos personales que no desean que se noten; usan maquillaje para cubrir imperfecciones, tacones para dar más altura, tintes para cubrir las canas, pupilentes para cambiar el color de los ojos, pero…. ¿Cómo disimular que no tienes brazos?
Adriana Macías nace con esta condición en Guadalajara Jalisco, el 25 de Abril de 1978; la mitad de su vida se ha dedicado a compartir su experiencia a través de conferencias motivacionales donde siembra ánimo y esperanza ante auditorios de todo tipo.
“Todos tenemos una limitación, a algunos se nos nota más, pero son las limitaciones emocionales las que nos hacen más deshabilitados para la vida” señala.
Perfectamente maquillada, enfundada en un vestido negro y mallones que le permiten estar cómoda para hablar de su vida, Adriana recuerda que en su primer infancia pensaba con ilusión que algún día le crecerían los brazos como crece el cabello o las uñas; pero eso no sucedió y muy a su pesar tuvo que cargar por 20 años con unos garfios que a la vista de todos sustituían sus brazos pero para ella representaban un pesado parche que no deseaba usar.
Cuando llegaba de la escuela se quitaba la prótesis y se sentía libre, poco a poco empezó a usar los pies para lo que todos usaban las manos, hasta que se hizo tan hábil y flexible en sus extremidades que al poco tiempo escribía con los pies mejor que con los garfios, aprendió a vestirse, comer, cocinar, nadar y mucho más, hasta que logró ser tan independiente como los demás.
“A mí me gusta compartir en las conferencias como me he adaptado a la vida aprendiendo con disciplina, constancia, compromiso y con estas herramientas y hábitos de vida, debemos llegar al logro de los objetivos y sentirnos plenos sin compararnos con los demás”
Así logró titularse como abogada, aunque por su condición se negaron a contratarla al creerla impedida para ejercer la profesión. Ella no se rindió, hizo la Especialidad en Administración en Recursos Humanos, cursos de Tanatología, Superación Personal y Programación
Neurolingüística. Y recién acaba de titularse de una Maestría en Ecología Emocional, por parte de una institución educativa de Barcelona, España.
“Aun eso que piensas que te hace falta, puede ser tu mejor aliado para darte fortalezas, amigos increíbles, para darte experiencias importantes en la vida” agrega la mujer que en cada conferencia logra desde hace 20 años convertir situaciones doloras y difíciles en verdaderas reflexiones de vida.
Como toda mujer, Adriana Macías también soñó con formar una familia. El amor llegó a su vida dos veces pero no tuvo “brazos” para retenerlo.
Después de un noviazgo de 4 años y con preparativos de boda, el novio canceló el compromiso pues su familia no aceptaba la discapacidad de Adriana.
Luego conoció al que fue su esposo. Todo parecía perfecto pues él trabajaba en el tema de discapacidades; tuvieron una hija y Adriana cosechaba éxitos profesionales sin desatender su papel de madre pero nuevamente se enfrentó a un rechazo al ser abandonada por su condición; algo que no podía cambiar pues nunca tendría brazos, se acabó la relación… pero esta vez no se quedó sola, al convertirse en madre soltera tenía un gran motivo para salir adelante y escribir su cuarto libro: “Enamórate de ti”
En mi libro hay una frase “hay heridas que en vez de abrirnos la piel nos abren los ojos”
ENAMÓRATE DE TI Es un manual para continuar después de un fracaso. “Este libro no es para recuperar a la persona que se fue, es para que regreses contigo y descubras toda tu maravilla y todo tu potencial”
Adriana enfatiza que cuando aprendes a tener amor propio sabrás cuándo retirarte hacia nuevos rumbos y entender que si alguien te rompió el corazón no estas incompleta.
“Todos podemos aprender a sentirnos completos tal y como llegamos a este mundo, ahora nos toca construirnos para lograr ese sueño, ese trayecto que nos haga disfrutar más de la vida y construir el éxito todos los días”
El gran reto de la vida es estar de buenas a pesar de todo y con su gran sentido del humor dice que atiende a su hija de 5 años, le encanta maquillarse, cocinar, escribir, pintar, diseña moda y ahora toca el Chelo “Todo lo hago con las patas” y mientras se carcajea agrega “es que no sé estar de brazos cruzados”
Y acuña esta frase: A veces la vida nos detiene los pies…Sólo para que descubramos y usemos nuestras alas…