Por Salvador Hernández LANDEROS
Decir la verdad no es un insulto. No es necesario llegar a la ofensa para criticar la falta de capacidad de un servidor público, sea este alcalde o gobernador.
Basta aplicar sapiencia y un lenguaje “de lujo” para el calificativo con el cual se pretenda señalar a alguien de inepto, ignorante, incapaz o torpe.
El joven Samuel García, con el sesgo de arresto de 36 horas a quien él considere le falte al respeto, podría estar atentando contra la libertad de expresión.
La paternidad de la iniciativa de Reforma a la Constitución de NL, según se comenta, no es propiamente de Samuel, sino de sus principales asesores.
El documento ya está en el Congreso y su aprobación recae en los diputados, locales quienes podrán sacar raja a su conveniencia, en cuanto a ese arresto.
A la iniciativa, conociendo que Samuel García no aplica un lenguaje digno a su linaje, valdría empatar y exigir igual respeto hacia las personas contrarias.
Sorprende la “delgada piel” de Samuel. Y sin la intención de ofenderlo, los zapatos de un Martínez Domínguez y hasta de otros, le quedan muy grandes.
Se imaginan si viviera don Hermenegildo López Torres, mejor conocido como “El Maistro Torres”, quien el 28 de diciembre de 1958 fundó el P.U.P.*
El Partido* “Por la Unificación de los Pen…tontos”, por deseo potestativo llegó a tener el mayor número de afiliados en NL, Tamaulipas y Coahuila.
De oficio grabador en metales y con mucho ingenio, de existir y con ese arresto de 36 horas, de seguro que “El Maistro Torres”, alcanzaría cadena perpetua.
Samuel García, nació un 28 de diciembre y no tiene nada de “santo inocente”, pero no por eso la Iglesia Católica lo va a excomulgar. El que entendió, entendió.