Monterrey – Rosario Ibarra de Piedra fue sepultada en el panteón de Dolores, junto a su esposo el doctor Jesús Piedra, cuyos restos descansan en ese cementerio.
Sus hijas Rosario y Claudia Piedra Ibarra, despidieron a su madre y establecieron el compromiso de dejar en la lucha por encontrar a los desaparecidos y por la defensa de las libertades y derechos humanos.
Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, habló de la necesidad de volver a los años de activistas, cuando acompañaron a su madre en todas sus luchas durante más de 40 años.
Dijo que se deberá seguir sembrando esas semillas y regarlas para que sigan floreciendo.
Claudia Piedra Ibarra, demandó del gobierno justicia por los miles de desaparecidos en el País, y aunque aceptó que ha hecho mucho, no habrá una transformación verdadera si continúa el problema de los desaparecidos políticos.
“Se le pidió al Presidente que le entregara la verdad de mi hermano y de los demás desaparecidos y no cumplió, entonces nosotros vamos a seguir adelante”, añadió Claudia Ibarra.
Laura Elena Gaytán, quien fue presa política en 1979 a nombre del colectivo ¡Eureka!, dijo que cientos de presos políticos deberían de estar honrando en su su despedida, su memoria porque gracias a su lucha lograron su libertad y su amnistía.
Horas antes de que partiera el cortejo, en la capilla ardiente, el ex gobernador de Nuevo León, Sócrates Rizzo García acudió a dar el pésame a la familia y aseguró que con la desaparición de mujeres que se da actualmente en Nuevo León, la figura de Rosario Ibarra cobra más relevancia.
Acompañado de su esposa, Rizzo García priista y que participó en las juventudes Espartacas, señaló que cobra gran importancia la figura de doña Rosario en estos tiempos en que se ha incrementado desafortunadamente los índices de mujeres y jovencitas desaparecida.
“Doña Rosario está en la historia y seguirá siendo un ejemplo para seguir buscando a las desaparecidas y desaparecidos, así como mejorar los procesos democráticos”, añadió.
Rizzo siguió la trayectoria de Ibarra de Piedra, le tiene aprecio, dijo, “tiene gran valor lo que ha hecho para que se busque, que las autoridades busquen a los desaparecidos con más esfuerzo, como ahorita se está exigiendo, pero no sólo buscarlos sino analizar las causas socioculturales y psicosociales para que esté sucediendo esto”.
A la despedida en el cementerio estuvieron unas 150 personas entre familia, amistades y activistas.
“Es un funeral sobrio, sin mucha parafernalia, sencillo como era ella, dijo un activista de los años setenta”.