A los caballos se les pone freno en la boca para ser dirigidos, a las naves se les gobierna con un pequeño timón, así también nuestra lengua dirige nuestras vidas.
Ésta nos lleva a crear conflictos o a resolverlos, a propiciar rompimientos o entablar reconciliaciones, porque de la abundancia del corazón habla la boca, y si analiza qué abunda en su corazón hoy puede distinguir a dónde lo llevará mañana.
Contrario a lo que piense Hollywood, seguir las inclinaciones de su corazón no solo es peligroso, sino perverso:
-Solo Yo lo conozco- dice el Señor, -y mi Palabra te ayudará a discernir no sólo tus pensamientos sino sus intenciones.
Décimo Junio Juvenal, escribió que “debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano”.
Si usted quiere mantener su mente sana, ore y siga la recomendación que desde el cepo daba Pablo a los de la ciudad de Filipo para mantener su mente ocupada: piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento.
Si usted quiere dar un golpe de timón a su vida, revise el poder que tiene en la lengua, use la Palabra de Dios y vea cómo todo comienza a cambiar.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad le hará verdaderamente libre.
Stg. 3:1-12 | Lc. 6:45 | Jr. 17:9-10 | Fl. 4:8
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