Clara Villarreal
Todo lo que llega a nuestra vida, llega para generar un aprendizaje. Vivimos acostumbrados a dormir por la noche y asegurar el despertar por las mañanas, tan cierto es esto que solemos decirle a otra persona antes de ir a dormir: “hasta mañana”, pero que sucede cuando el mañana no lo tenemos claro en nuestros planes, lo desconocemos o simplemente ya no tenemos una visión hacia qué sucederá mañana. A pesar de que el día de mañana no lo tenemos seguro, siempre imaginamos y planeamos un futuro cercano o un futuro lejano, sabiendo que la vida no la tenemos comprada. Hoy en día rompimos con la rutina, sí una rutina en la que veníamos viviendo de manera automática, donde la pandemia nos vino a romper el ritmo y ahora nos encontramos con una emoción llamada incertidumbre. La incertidumbre es una de las emociones más difíciles de manejar, ya que la sensación que se siente en el cuerpo y la mente es que nada está seguro, hay falta de confianza y seguridad en uno mismo y la certeza de lo que viene es confuso. Cuando la incertidumbre llega a tu vida, aparece en situaciones donde no tienes control absoluto, en donde las respuestas son confusas o nulas y la información es escasa. La forma de identificar que la incertidumbre está rondando en tu vida es cuando te haces consciente de que tienes inquietudes, inseguridad, preocupación, estrés, ansiedad e incluso miedo. Si la incertidumbre ha tocado a tu puerta, te comparto lo siguiente: Actúa de forma sana ante ella. Acepta que tienes preocupaciones y miedos, es totalmente normal, no intentes eliminarlos. Intenta compartirlos con alguien de confianza que sepas que te va a apoyar. Trata de estar presente y evita elucubraciones sobre lo que podría pasar en el futuro. Controla aquello que sí puedes con tu actitud y tus acciones, hoy. Céntrate en metas y acciones sencillas que sí puedes realizar. Busca la información justa y de fuentes fiables. Ante situaciones difíciles de incertidumbre no te descuides a ti mismo. Sigue haciendo tus actividades habituales, sobre todo aquellas que te reconforten para no caer en el hartazgo y la depresión. Permítete más momentos de descanso para dar cabida a las emociones que estás sintiendo. Evita funcionar de forma automática con tus emociones y activa tu lado racional. Cuando sientas que la situación te sobrepasa… ¡para! ¡sé consciente! Piensa antes de dejarte llevar y elige cómo quieres actuar. Estamos viviendo situaciones de estrés mental, no estás sol@ y no tengas pena de pedir ayuda. Te sorprendería saber la cantidad de personas que están pasando por una situación similar. La salud mental también es tu prioridad, atiéndete. Twitter: @claravillarreal