sáb. Jun 28th, 2025

Roel Guajardo Cantú

En la Nueva Escuela Mexicana, NEM, se busca formar jóvenes que tengan un robusto y sólido conocimiento de las humanidades, de su historia y del contexto social en el que viven, además de un desarrollo de sus habilidades socioemocionales y sociocognitivas.

También se espera que el estudiante alcance un nivel que podríamos llamar de metaconocimiento, que eso es ni más ni menos el aprender a aprender.

Queda, sin embargo, la impresión de que las llamadas STEM, (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas por sus siglas en inglés), son tratadas con menor cuidado que los ejes anteriores, como si fueran conocimientos que pueden o no adquirirse con la profundidad necesaria.

Nos guste o no, vivimos en un mundo en el cual la tecnología avanza a pasos agigantados cada día, pudiéramos incluso decir que lo hace a cada minuto que transcurre, empresarios globales como Elon Musk han señalado que la Inteligencia Artificial hará que las personas, los seres humanos, tengan menos oportunidades laborales, por lo que propone esquemas híbridos que requieren profundos conocimientos de ciencia y tecnología, así como de matemáticas.

Al respecto, Yuval Noah Harari, en su libro “21 lecciones para el siglo XXI” nos hace ver que de continuar el crecimiento exponencial de la tecnología, es muy probable que las máquinas acaben por desplazar a muchos seres humanos en sus puestos de trabajo, creando con ello lo que llama “una clase irrelevante”, tanto en lo económico como en lo social y político.

Va más allá y señala que aún y cuando las nuevas tecnologías generen nuevos puestos de trabajo, estos serán de una complejidad que requerirán de quienes deseen ocuparlos profundos conocimientos relacionados con las STEM.

Andrés Oppenheimer nos advierte que incluso empresarios como Bill Gates, generalmente optimista en el sentido de que si bien desaparecerán muchos empleos debido a la tecnología esta permitirá crear otros tantos, ha dado visos de flaquear en sus convicciones.

Por todo esto consideramos que las STEM deben también tener un peso importante en el currículo de la Educación Media Superior y los Subsistemas nacionales de EMS, están a tiempo de cuidar el equilibrio en la construcción de la malla curricular, ya que en caso contrario estaríamos preparando a nuestros niños y jóvenes para un mundo que ya no existe.

Consideremos el caso más palpable y contundente en todo el mundo: el cambio de motores de combustión interna a la llamada electromovilidad.

La empresa Tesla, precisamente de Elon Musk a quien citamos líneas arriba, vino a revolucionar la industria automotriz, siendo ahora una de las empresas más valiosa de ese ramo. Tesla cambió el uso de los motores a combustión por otros eléctricos, promoviendo con ello un uso amigable con los ecosistemas a condición de que la energía que se utiliza para cargar las baterías sea limpia.

Hoy es necesario que los jóvenes que se vayan a dedicar a la industria de la movilidad conozcan las nuevas tecnologías que serán el futuro de este ramo. Como lo que promueve la empresa holandesa Electude, quien se adelanta a la época y ofrece opciones virtuales de capacitación, así como equipamiento de talleres y laboratorios por ser líder en el mundo en el tema automotriz.

Son nuevos tiempos, con nuevas exigencias en el ámbito educativo, como lo hemos mostrado en nuestro libro “Los jóvenes y el empleo. El futuro que les espera”, el cual publicamos en 2021.

En nuestro texto analizamos la forma en que debe estructurarse la nueva educación, la forma de preparar a los jóvenes para ese futuro que cada vez está más cerca de lo que pensamos, también analizamos ahí el hecho de que hoy una carrera no es sinónimo de éxito, sino que debemos pensar en que la vida se convertirá en un continuo aprendizaje solo para lograr mantener el ritmo de la realidad. Reinventarse a lo largo de la vida como afirma Noah Harari.

Inclusive las últimas noticias que hemos tenido en el ámbito de la Inteligencia Artificial, nos señalan que estamos por cruzar un umbral en el que el futuro imaginado por Yuval Noah Harari, en el cual esta desplazará a los trabajadores menos capacitados y convertirlos en la “clase irrelevante”, pudiera estar a la vuelta de unos pocos años.

En la medida en que las STEM sean parte central de la educación, nuestros niños y jóvenes tendrán más oportunidades en ese universo tecnológico que será el mundo en que les tocará vivir y trabajar, por supuesto que las humanidades y la conciencia histórica les ayudará a entender de manera más holística ese universo, lo cual es necesario para no formar personas acríticas ante la realidad que les rodea.

El equilibrio de contenidos entre las humanidades y la tecnología finalmente quedará en manos del liderazgo de los directores de escuela y de los maestros que operarán el proceso educativo de la NEM.

Por Admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *