Por Salvador Hernández LANDEROS
La alerta emitida por el ex gobernador Fernando Canales, sobre el inicio de una dictadura en el Nuevo Nuevo León, debe tomarse muy en cuenta.
Canales, muy merecidamente, no es un excelente político, pero sí, un buen exgobernador y por su honestidad, la advertencia pesa más que la de otros.
El fin de semana, en un evento político, Fernando Canales expresó que “Samuel García da muestras del inicio de una dictadura que no se puede permitir”.
Él fue gobernador en el sexenio comprendido de 1997 al 2003, dejando el cargo en el 2001 en Fernando Elizondo, para irse a la secretaría de Economía.
Su calidad moral está por encima de los gobernadores que lo sucedieron, Nati, Rodrigo y Jaime y por ello pesa al decir: “García está a tiempo de rectificar”.
“El no publicar las Leyes y Reformas que el Congreso local aprueba y no mostrar disposición al diálogo, da inicio a una dictadura”, advirtió Canales.
También le mandó un mensaje a Samuel García diciendo: “Es el momento, gobernador, y se lo digo con respeto, de rectificar, tiene que apechugar las criticas ciudadanas o de otros poderes” (sic).
Fernando Canales es directo y franco. Por eso mismo del gobernador dijo, “Del congreso salen las Leyes y las que no le gustan no las publica” (sic).
El panista le demandó: “que, así como le dedica horas a sus traslados a otros Países, se dé tiempo para conciliar con las fuerzas políticas del Congreso”.
A Fernando Canales, los defensores de Samuel, lo pueden criticar que es panista y de la “vieja política”, pero estos no tienen altura y ni la calidad moral de él.
Alguien le preguntó qué si Samuel era una copia de López Obrador, y sin titubear Canales respondió. “Sí, sí, se lo he dicho hasta por escrito” ¡Sopas!