Óscar Tamez Rodríguez
Sobre el actuar bélico de Pancho Villa se dice mucho, poco se habla de su visión política. La vocación democrática se presenta en sus textos, lo mismo en la correspondencia que en el manifiesto de septiembre de 1914 en el cual desconoce a Venustiano Carranza como jefe del constitucionalismo.
Para Pancho Villa, el año de 1914 es clave en la construcción de su identidad como revolucionario, nacionalista, socialdemócrata y como hombre al servicio de la patria.
Luego de derrocar al usurpador Victoriano Huerta, y ser Villa quien libró las batallas más determinantes en cuyos aportes armados son los de mayor contribución al constitucionalismo; se materializa el rompimiento que ya existía de facto entre Venustiano Carranza y el estratega “durangochihuahuense”.
Lo defino como durangochihuahuense porque su primera etapa de vida es en Durango, incluso en la revolución tuvo vínculos con el estado, sin embargo, su fuerza y mayor impacto se concreta en Chihuahua, de ahí que sería excluyente limitarlo a una de las entidades.
Villa tenía certeza del valor de la democracia, su manifiesto inicia señalando que los mexicanos despertaron con el movimiento maderista y por ello, defenderán las libertades, aceptando sólo gobiernos emanados de la voluntad popular. Esto representa la apropiación de la democracia como forma de gobierno.
Rechaza la imposición de Venustiano Carranza por quedarse en el gobierno cuando en el plan de Guadalupe se establece que una vez alcanzado el triunfo al huertismo, el primer jefe de la revolución convocaría a elecciones para concretar un gobierno electo por el pueblo.
Entre las exigencias de Villa estaban dos: un gobierno electo democráticamente y el establecimiento de “las reformas económico-sociales indispensables para asegurar el mejoramiento de las clases desheredadas” (Manifiesto de Villa, 1914).
Para el primer punto se convoca a una convención, ésta se realiza en Aguascalientes el 10 de octubre de 1914, a días de lanzado el manifiesto en el cual se desconoce a Carranza, a éste acuden villistas, zapatistas y constitucionalistas, ahí se elige a Eulalio Gutiérrez como presidente interino, lo cual disgusta a Carranza quien rompe y desconoce los acuerdos emanados.
Las consecuencias de la ambición del coahuilense es que los revolucionarios otrora unidos, ahora se enfrentan entre sí, se aviva la lucha fratricida.
Carranza pretendía que entre los generales (afines a él en su mayoría) se eligiera al presidente interino y de entre ellos surgiera el programa político-social de gobierno.
Villa, lo mismo que Álvaro Obregón y otros, no confiaba en el coahuilense. Escribe en el manifiesto: “Si la división del norte había perdido la confianza en el primer jefe, no podía tenerla en una junta cuyos miembros eran de hecho designados por él” pues quien tenía las facultades para elevar a general a cualquier persona era el mismo jefe del ejército.
En este manifiesto se desconoce a Carranza, se invita a las fuerzas revolucionarias a unirse a la división del norte, una vez expulsado el jefe del constitucionalismo los generales designarían a un civil como presidente interino.
Pancho Villa tenía a ese momento tres cosas en claro: debería elegirse a un civil como presidente y los militares estar para apoyarlo en la pacificación del país; segundo, se requería un programa económico y social que impactara en los desprotegidos; tercero, ninguno de los caudillos (Carranza, Villa, Zapata u Obregón, entre otros) debería gobernar pues podría caerse en autoritarismos como sucedería en los siguientes años.